Una chica demasiado alegre
Estimado señor Romeo, La otra noche yo miraba por el balcón y me entretenía en la contemplación del lento ascenso de la luna mientras esperaba que mi esposa terminara de darle los ‘toques finales’ a su maquillaje. En su caso, se trataba de un proceso que solía consumirle, en promedio, entre una y dos horas. Con suerte podríamos llegar a la fiesta antes de que se hubieran marchado todos los invitados. Pero no sé por qué lo lamento: hace … Ver más ➡