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Pensamientos chatarra

No todo pensamiento que se cruza por nuestra mente es edificante ni se puede dejar que eche raíces. Debemos estar alertas y no caer en engaño.

A menudo escuchamos la falacia de que no importa como piense el ser humano, después que sea sincero en lo que cree, todo está bien. Pero de entrada tenemos que reconocer que según piensela persona, así mismo actuará. Proverbios 23:7 lo establece así: “Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él”.

Por lo tanto, sí es importante cómo y qué pensamos. Es vital hacer la diferencia entre qué tipo de pensamientos le damos espacio en nuestra mente, en cuáles son los que profundizamos, y cuáles ni siquiera debemos permitir que merodeen por nuestra cabeza.

¿Será posible que podamos sacar de nuestra mente un pensamiento negativo cuando llega de momento? Lo que de seguro no podemos evitar es que llegue, pero sí es posible sacarlo de circulación. Para eso, es necesario reconocer con qué tipo de pensamiento debemos sustituir la chatarra que quiere llegar a nuestra mente para dañarnos.

Pero también es necesario reconocer qué tipos de pensamientoshay, y cuál es el efecto que pueden traer a nuestra vida. Y créame, que no hay tal cosa como postulan algunas religiones y vertientes filosóficas, que pretenden solucionarlo todo vaciando la mente, poniéndola en blanco. Eso estaría bien para robots. La realidad es que un problema no se soluciona de esa manera, porque aunque tengas éxito en poner en blanco tu mente quizás para ignorar un problema o preocupación, tarde o temprano tendrás que enfrentar tu realidad. El problema está ahí; no se ha ido solo por ignorarlo.

Quiero compartirte en esta ocasión, distintos tipos de pensamientos que vienen a nuestra mente, y como verás, unos son para bien y otros para mal. Unos son para edificar mientras que otros solo provocan destrucción. Me concentraré en esta ocasión en esos de los cuales debemos cuidarnos para no caer.

Tipos de pensamientos:

  1. Vanos – Algo vano es algo falto de realidad, sustancia o entidad, según el Diccionario de la Real Academia Española. Es algo hueco,vacío y falto de solidez. Si aplicamos esto a los pensamientos, y reconocemos que como piensa el hombre así actuará, entonces el resultado de estar divagando en pensamientos vanos, es que la vida de la persona será hueca. Esto lo vemos en personas que se ocupan y preocupan solo por trivialidades, y que no tienen propósito. Tal vez le interesa cuál es el último grito de la moda, y qué carro es mejor, pero no pueden reconocer la necesidad de las personas a su alrededor.

Proverbios 28:19 declara que “El que labra su tierra se saciará de pan, pero el que sigue propósitos vanos se llenará de pobreza”. Y Romanos 1:21 establece, “Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”.

  1. Culpa y condenación – Este tipo de pensamiento también es destructivo al igual que el anterior. Es el tipo de pensamiento que lejos de edificar tu vida, lo que hará es sumirla en la depresión y el estancamiento. Si bien es cierto que cuando cometemos una falta, sobre todo si es algo muy grave, la culpa puede ser el motor que nos lleve a un cambio, la culpa en sí misma y por sí sola no logra nada.

La culpa, sin arrepentimiento, no logrará ningún cambio. Solo provocará remordimiento en la persona por haber obrado mal. Mientras no haya propósito de cambio, ni un verdadero arrepentimiento, la persona seguirá sumida en la culpa y la autocondenación, aunque en otras instancias la mente del ser humano puede llegar a ser entenebrecida de tal modo que ya no le molesta la maldad ni el daño que puede haber ocasionado a otros.

Pero Dios es un Dios de oportunidades y siempre abre una puerta. Y nos dice en su Palabra, en Romanos 8:1, “Por consiguiente, no hay ahora condenación para LOS QUE ESTÁN en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu”.

  1. Para inducir al pecado –  Debo aclarar que el hecho de que un pensamiento se cruce en nuestra mente no implica pecado. La cosa se complica cuando comenzamos a profundizar y a recrearnos en ese pensamiento que en nuestro interior sabemos es incorrecto. “Uno es tentado cuando se deja llevar por un mal deseo que lo atrae y lo seduce. Luego, el deseo malo da a luz el pecado, y el pecado, una vez que ha crecido, conduce a la muerte”. (Santiago 1:14-15)

Isaías 55:7 nos advierte lo siguiente: “Abandone el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, que tendrá de él compasión, al Dios nuestro, que será amplio en perdonar”. Y Mateo 15:19-20 señala que “del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias. Estas son las cosas que contaminan al hombre”.

  1. De duda – Los pensamientos de duda vienen paradesestabilizarnos. Vienen para crear complejos y dañar nuestra autoestima. Llegan para tratar de que dudemos de nosotros mismos y ponen en entredicho nuestra identidad. Eso fue lo que intentó Satanás en el desierto contra Cristo. Y si lo intentó contra Jesús, al poner en entredicho si verdaderamente era el Hijo de Dios, ¿cuánto más no se va a atrever a hacerlo con nosotros?

Este tipo de pensamiento, una vez es sembrado en nuestra mente y comenzamos a profundizar y razonar en él, nos llevará al desánimo, y en última instancia, lo que busca es que nos salgamos del caminoy dejemos de cumplir el propósito de nuestra vida. Eso nos convertiría en personas fracasadas y frustradas. Y es precisamente lo que quiere el enemigo de las almas; que seamos un cero a la izquierda.

Santiago 1:5-7 describe a la persona que duda, en este caso la que no tiene fe: “Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero que pida con fe, sin dudar; porque el que duda es semejante a la ola del mar, impulsada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, ese hombre, que recibirá cosa alguna del Señor”.

  1. Preocupaciones y deberes – Este tipo de pensamientos, sobre quehaceres, tareas u obligaciones que debemos cumplir, cuando dejamos que nos roben la paz también lograrán desestabilizarnos e incluso pueden enfermarnos. No es que uno se vuelva un desentendido de la realidad y no sea responsable con los deberes. Pero hay que saber hacer un balance para no dejarse agobiar. En ocasiones, estas preocupaciones por los deberes vendrán para causar distracción, sobre todo cuando te has propuesto servir al Señor y enfocarte en Él. Una mente preocupada y dividida, no podrá concentrarse en Dios, ni mucho menos confiar ni tener paz.

Este tipo de pensamientos vienen a traer desconsuelo, ansiedad y a provocar enfermedad. Pero Dios en su Palabra también hace provisión en estas situaciones, y nos consuela en Mateo 11:28, cuando Jesús dijo “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar”.

Esa es una gran promesa, sobre todo en este tiempo donde reina la incertidumbre en los hogares, en las familias. Un tiempo donde la gente necesita paz, pero terminan buscando una paz equivocada, fuera de Dios. Y tarde o temprano, vuelven a caer en el mismo círculo vicioso, porque consiguen una paz efímera, basada en el placer, en comprarse cosas, en establecer relaciones. La realidad es que alejados de Dios nada podemos hacer.

La semana que viene concluyo con otros tipos de pensamientos que traen destrucción, y finalmente, en cuáles son los que debemos meditar para traer edificación y propósito a nuestra vida.

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