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Bailando y contando

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De graduaciones y saber bailar

Ahora que las graduaciones están a la vuelta de la esquina me pongo a pensar en una problemática que se repite año tras año, y es la de muchos estudiantes que se gradúan y no están listos para bailar en su fiesta de graduación.
Lo curioso es que algunos se acuerdan prácticamente un mes antes de su graduación de su poca habilidad en el baile, y tienen que volver locos a los padres para que les consiga un maestro o una escuela de baile para que de forma casi milagrosa en poco tiempo les enseñen dos o tres pasos y vueltas para que se defiendan y puedan lucirse en la pista de baile frente a sus amigos. 
También es curioso que muchos de estos adolescentes que se gradúan no son oyentes y seguidores de los géneros de Salsa y Merengue, más bien les gusta como es usual en los jóvenes de hoy en día la música urbana, Hip Hop, reggaeton, etc, pero a la hora de bailar en su “prom” o fiesta de graduación las clases graduandas contratan en su mayoría solamente orquestas de Salsa o de Merengue; por aquello de seguir la tradición de siempre bailar estos géneros musicales que son los que más se bailan en nuestra bella isla; y que no se me olvide la Bachata.
Lo cierto es que los que toman clases de baile con suficiente tiempo antes de la fiesta lo vuelven la “fiebre” del momento. Asisten a sus clases de baile con regularidad, escuchan Salsa y Merengue prácticamente todo el día, comentan entre sus amigos que están tomando clases y que esa noche van a bailar hasta los anuncios o hay muchos que se ponen de acuerdo para tomar las clases de baile en forma grupal.
Las chicas vs los chicos
Yo no se porqué pero las chicas siempre tienen más habilidad que los chicos en el baile, y lo digo por experiencia propia porque lo he visto durante todos estos años que llevo en el campo del baile. No se si es porque a las chicas no les molesta ni les intimida mover las caderas o soltarse al ritmo de la música, sin embargo, a los chicos se les hace difícil desprenderse de la bendita “varilla” que tienen en la espalda o en las caderas que no lo dejan menearse con facilidad. Y de eso yo si sé, ya que tuve esa varilla por un tiempo en mi adolescencia. La verdad es que a los varones se nos hace difícil soltarnos desde el primer momento por el que dirán, porque se pueden reír si nos ven muy sueltos y lamentablemente crecemos con esa “varilla mental” de que si nos movemos mucho nos podemos ver como las nenas y por consiguiente llegan las burlas. Es una realidad, triste en cierto aspecto pero es la realidad que no debe ser.
En fin, si usted tiene un hijo (a) que se gradúa en estos próximos meses anímelo a tomar clases no solamente porque se acerca su fiesta de graduación y no se haga amigo de la silla toda la noche; sino para que descubra el maravilloso mundo del baile. 

Para comentarios, preguntas o sugerencias puede comunicarse con este servidor al email: bailarte4@gmail.com o accesar a mi página de Facebook: Bailando y Contando

Hasta la próxima 

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