Durante el vergonzoso y vulgar debate entre Trump y Biden, el facilitador (de Fox News, y por lo tanto presumiblemente pro-republicano) le dio a Trump más de una oportunidad pública y fácil de aprovechar para criticar a los supremacistas blancos y racistas que forman lo que parece ser la parte más vocal y prominente de la base de Trump. Era una oportunidad para expander su base, ya que Trump está atrás en las encuestas.
“Stand Back and Stand By, Proud Boys“
En lugar de aprovechar la tirada de toalla, Trump (que encabeza el ejército de Estados Unidos, el más grande en el planeta) insólitamente decidió mandar un saludo a los “Proud Boys”, una milicia privada (no gubernamental) racista, armada y paranoica que ha sido catalogada como grupo de odio por el Southern Poverty Law Center. Dijo: “Stand Back and Stand By, Proud Boys” (Levántense y colóquense en fila, muchachos orgullosos). Esto representa presumiblemente instrucciones de que estén preparados para movilizarse en noviembre en caso de que pierda las elecciones. El episodio refuerza la percepción de que tras perder en noviembre, Trump va a intentar cuestionar la credibilidad del proceso democrático para quedarse en el poder. Carente en lo absoluto de vergüenza, Trump parece estar moviendo las fichas para quedarse en el poder luego de perder la elección. Es el más obvio, público, abierto y peligroso reto a la democracia americana jamás anunciado por un presidente en la historia.
Proud Boys es un grupo militar neo-fascista de extrema derecha compuesto solo por hombres que, en su página de web, se auto-denomina “chovinistas occidentales”. La palabra chovinismo es sinónimo de fanatismo, xenofobia y otras palabras que hoy han venido a tener connotaciones negativas por razones históricas. Los Proud Boys creen que todas las culturas y todas las personas no son iguales: algunas son superiores a otras, y naturalmente ellos creen estar situados en el ápice de la creación: una raza y cultura superior con su propio ejército y con una agenda que antagoniza la agenda de coexistencia pacífica que desde los años 60 se había normalizado en Estados Unidos.
Recientemente en Portland–uno de los epicentros de las recientes protestas anti-Trump–, un miembro de los Proud Boys fue arrestado tras apuntar una pistola hacia un protestante. Otros Proud Boys han sido arrestados en Nueva York por violencia. A pesar de los intentos de organizaciones como ésta de normalizar su ideología, en medida que la gente se ha educado de lo que es Proud Boys, han habido intentos de reducir su plataforma. Luego del debate, eBay y Amazon han removido toda mercancía relacionada a los Proud Boys.
Los Proud Boys se consideran a sí mismos superiores a las mujeres, a la cuales ven como dignas de subyugación. No está claro cual sería el lugar de Puerto Rico con respecto a una nación americana que llegue a ser gobernada por Trump luego de perder, si llega a lograr orquestrar un golpe de estado usando milicias racistas privadas. Es algo que nunca ha sucedido. Pero, si juzgamos en base a la ideología de esta milicia, con la que Trump claramente se identifica, Puerto Rico vendría siendo una cultura inferior a la norteamericana, y no se podrían justificar avances sociales, politicos, o económicos a menos de que la población sea sistemáticamente remplazada por una población “superior” (es decir, anglosajona).
Este es el problema con las ideologías del alt-right: juzgan a la gente en base a cosas que nadie puede controlar. Nadie controla si nació de boricuas, afroamericanos, o blancos. Tenemos relación causal con las cosas que hacemos y con el contenido de nuestro carácter, no con nuestra raza o nacionalidad. Por eso es imposible que el alt-right pueda producir soluciones útiles a ningún tipo de problemática: porque no hay discusión, un negro no puede blanquearse para pertenecer. Solo hay autoritarianismo y la posibilidad de enorme violencia … y ahora, la posibilidad de una seria crisis constitucional y de un decline irreversible para la democracia americana.