La desdeñada cuna hispana de Estados Unidos
En marzo de 1513, Ponce de León llegó al estado de Florida buscando la fuente de la juventud. Un siglo mas tarde, llegaron los peregrinos ingleses a Massachusetts, evento celebrado anualmente en el festival de otoño y de cosecha llamado Día de Acción de Gracias, que es un tipo de mito fundacional americano … curioso como no hay festival de primavera para celebrar la llegada del idioma español, que llegó primero. La nación americana, al elegir repetir anualmente su mito fundacional de Thanksgiving, elige a la vez omitir otros muchos mitos fundacionales, no solo el hispano.
Por eso no nos debe sorprender la arrogancia del abogado racista que, en un video reciente que le ganó notoriedad, hizo el ridículo al exigir a unos trabajadores que no hablaran español y hasta amenazó con llamarles a las autoridades migratorias. Es solo el mas reciente de los actos públicos del circo de racismo que ha venido a caracterizar a la Era Trump, y se alimenta de muchos mitos fundacionales falsos.
Vamos a empezar por la ley. Estados Unidos no tiene un idioma oficial, al menos a nivel federal. En el sistema de división de poderes establecido en la Constitución de EU, los estados pueden elegir algún idioma oficial, y menos de 40 estados tienen el inglés como oficial. Aparte, la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos dice, entre otras cosas:
El Congreso no podrá hacer ninguna ley … limitando la libertad de expresión.
Desde los tiempos de Grecia antigua se ha entendido que es un signo de todo ciudadano libre poder expresarse, decir lo que quiera. No tener esa libertad es no ser un hombre o mujer libre. Por eso no hay nada mas americano que la libre expresión.
Segundo: incluso si echamos a un lado el rol peculiar que tiene Puerto Rico en preservar la cultura hispana dentro del territorio estadounidense, hay poblaciones que han hablado español desde hace mas de 400 años en partes de Nuevo México–donde el 80 % de la población hablaba español cuando este territorio se hizo estado–y el sudoeste. Nuevo México tiene su propio dialecto del español, que se diferencia bastante de los demás dialectos. Los anglos en Arizona, antes de entrar a la unión, lucharon por separarse de su territorio mellizo Nuevo México específicamente para asegurar que no iban a verse obligados a aprender español. Hasta el sol de hoy muchos nuevomexicanos son acérrimos en la defensa del idioma español, que es hablado en poco menos del 30 % de los hogares en ese estado.
California, cuando se hizo estado a mediados de los 1800’s, estipuló que todas las leyes debían ser publicadas en español e inglés. Estos estados del suroeste no serían lo que son sin su herencia hispánica. Es imposible imaginar a Nuevo México, Texas y California sin hispanidad, aunque muchos hoy no la defiendan o la vean con desdén. No serían lo que son, ni tendrían los nombres que tienen, ni ellos ni sus ciudades. No habría San Francisco, San Diego, El Paso, Santa Fe, ni Álamo. No fue sino hasta 1986 que, bajo presión asimilacionista, California hizo el inglés su idioma oficial.
Tercero: el género de música de la salsa, que es visto como un género de solidaridad panamericana y cuya invención se la pelean cubanos y boricuas, en realidad tuvo su cuna en la diáspora nuyorican luego del “mambo craze” de los años 50–ola cultural sobre la cual surfeó la legendaria serie americana I Love Lucy. Los hispanos en la ciudad de Nueva York–expuestos tanto a los ritmos afro-hispanos como al jazz afroamericano–decidieron hacer un criollismo, una mezcla de ambos, y de ahí nacieron el boogaloo y el Latin jazz, del cual evolucionó lo que luego se vino a llamar salsa, quizá porque se trataba de una mezcolanza promiscua y sabrosa de ingredientes de muchas partes como las salsas que hacen los hispanos al cocinar. La salsa, gente, no nació en Cuba ni Borinquen: es (al igual que la bandera puertorriqueña) estadounidense de nacimiento. Ojo: nada de esto es revisionismo histórico, solo que no se habla. Si alguien sostiene otra opinión que difiera, la respeto, pero como quiera espero que reconozca el rol innegable que la ciudad de Nueva York tuvo en el desarrollo de la salsa desde sus inicios: si la salsa es un tronco de muchas raíces, la principal fue la nuyorican. Tito Puente. Eddie Palmieri. Willie Colón. Marc Anthony. No hay más que hablar.
Si hablamos del momento actual, veremos que el español es el idioma dominante en el sur de la Florida y que las cadenas de televisión en español en algunas ciudades (como Los Ángeles) tienen mayor difusión que las cadenas en inglés. En 2013, Estados Unidos era el quinto país con mas hispano-hablantes en el mundo, pero desde el 2015 es el segundo después de México. Existe una Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Es cosa interesante como los péndulos se mueven: en 2008 EU eligió a su primer presidente afroamericano, y le siguió en 2016 otro que ha simpatizado públicamente con la supremacía blanca, y cuyo padre fue incluso arrestado en un rally del KKK en 1927. En el próximo mover del péndulo, es posible que una afirmación jubilosa de la hispanidad se podría alimentar del repudio por el actual régimen, y que la falta de prestigio del castellano sea retada por los romanticismos de alguna narrativa fundacional del Viejo Oeste (Aztlán, como le llaman los chicanos) o de fuente de la juventud (que sería una excelente metáfora para un renacimiento hispánico) … porque los colectivos necesitan mitos, narrativas fundacionales y existenciales, para poder sobrevivir y preservar su memoria. Y ya se ve en el reloj la hora de que se empiece a re-membrar la desmembrada mitología hispana estadounidense. ¡Esto no hay abogado racista bocón que lo pare!