Una sola palabra bastará pasa sanarnos
Cada vez me convenzo más de la urgente necesidad de fortalecer el interior para poder afrontar de modo saludable las encrucijadas de vida y los retos de este país. Como parte del compromiso con el desarrollo humano, continuaré en este espacio compartiendo herramientas que promuevan la sanación interior y el descubrimiento del potencial que habita en cada persona.
Hace unos días fui entrevistada por la reportera del periódico El Visitante, Nilmarie Goyco, sobre la herramienta de la Escritura Terapéutica, la cual usamos con grandes resultados en nuestros talleres. Comparto la entrevista esperando que pueda servirte de recurso y animarte a utilizar la herramienta para tu fortalecimiento interior.
“Si se trabaja con el interior y se integran experiencias de vida, se aprende a manejar los sentimientos y reconocer el potencial humano, y se puede vivir de modo más pleno”. Con estas palabras, Lourdes Ortiz Berríos, directora del Instituto para el Desarrollo Humano a Plenitud de los Centros Sor Isolina Ferré, explicó la importancia de promover el desarrollo personal en estos tiempos.
Entre las múltiples herramientas de ayuda destacó la escritura terapéutica que según dijo “es como una llave que abre las compuertas del mundo interior para que la persona pueda darle cause a cosas que lleva por dentro, que quizás no encuentra cómo sacarlas y desde ahí crear nuevas realidades, mejorar las situaciones existentes y buscar un bienestar”. Detalló que la escritura con fin terapéutico es una herramienta de comunicación interna con la que la persona entra en un diálogo interior que le permite canalizar emociones, preocupaciones y situaciones que plasma al escribirlas. “Lo que se busca es que la persona escuche su propio diálogo interno, que pueda cuestionarse aspectos de su vida y desde ahí ganar nuevos aprendizajes”, comentó.
Como referencia indicó que en investigaciones y trabajos con la escritura terapéutica, el Dr. James W. Pennebaker, psicólogo social de la Universidad de Texas encontró que esta ayuda a reducir el estrés, a manejar la ansiedad, la persona se relaja más, gana mayor vocabulario, aprende a expresar sus emociones sin juzgarse, toma distancia del problema, organiza sus pensamientos y adquiere un mayor conocimiento personal.
“Pennebaker hizo estudios con estudiantes de la universidad para 1997 que recibían ayuda en clínicas de atención médica de la institución y los puso a escribir por varias semanas. En los que escribían sobre temas profundos de su ser, notó un cambio y una reducción en la asistencia a la clínica, contrario a los que escribieron sobre aspectos más superficiales. ”, argumentó.
De acuerdo con la también Trabajadora social, se ha encontrado que los procesos de ayuda permiten que las personas se desinhiban de aquellas cosas que tienen guardadas. Detalló que el objetivo de esta herramienta es que la persona haga una introspección y plasme por escrito eso que le aqueja ya sea: sentimientos, emociones, pensamientos o situaciones que ha guardado por algún tiempo. En la medida en que pueda expresarlo, comprenderá mejor su situación, se explicará mejor y reforzará aspectos positivos de sí mismo.
Indicó que cuando por el contrario “no se encuentra cause para expresarse libremente y lleva por dentro ese malestar, eso se convierte en cargas pesadas que a nivel emocional hacen que la persona desarrolle distintas reacciones, mecanismos de defensa, emociones de coraje, tristeza, frustración, impulsividad. Todo eso se queda adentro haciéndole peso al individuo”.
Agregó que personas como Isabel Allende, que perdió una hija, se han valido de la escritura que fue, como ella misma describiera, “un camino para recuperar lo perdido” al expresar en papel los sentimientos y pensamientos profundos que llevaba. “En mi carácter personal, uso mucho la escritura, y he podido comprobar que cuando le damos ese espacio de expresión a la persona vemos cambios”, admitió. Ortiz, que hace 7 años viaja por la Isla ofreciendo talleres de desarrollo humano, precisó que la escritura con fines terapéuticos busca profundizar situaciones sin atender o que preocupan al individuo.
A quienes quieran practicar la escritura con fin sanador, recomendó seguir los siguientes pasos:
1. Identifique alguna situación o preocupación que le gustaría atender.
2. Busque un lugar donde pueda estar tranquilo/a y sin interrupciones.
3. Practique al menos 10 respiraciones profundas para que se relaje antes de escribir.
4. Explore sus sentimientos, hágase preguntas y piense qué quiere decir.
5. Escriba, preferible- mente con lápiz y papel, de 15 a 20 minutos por espacio de 4 a 5 días.
6. Redacte lo que le salga, sin preocuparse por la letra o la gramática, ya que lo importan- te es expresar lo que siente.
7. Una vez culmine el escrito, puede consultarlo con alguien de confianza, con su terapeuta o simplemente guardarlo para sí mismo como un espacio de crecimiento.
Por último, Ortiz exhortó a crear conciencia de la importancia de crecer en el auto cuido. “Para poder atender nuestra parte histórica, matrimonial, religiosa, laical, hay que atender el aspecto espiritual y el emocional. De este último es del que la mayoría nos olvidamos hasta que caemos en una situación donde sentimos que no podemos más y salimos corriendo a buscar talleres y ayuda, pero muchas veces se ha lastimado la relación de pareja o la emocional propia”, lamentó.
A su vez recalcó que: “Lo más valioso que tenemos es la vida, cada cual es responsable de atenderla con herramientas como estas, para que desde nuestro ser en armonía podamos seguir reconstruyendo el país y vivir nuestro compromiso cristiano y social”.
(Para conocer más sobre talleres y herramientas de crecimiento personal puede comunicarse al 787-375-7854 o acceder a: www. crecimientoaplenitud. org).