Duro y con gozo
Comenzamos el año con carga pesada en las costillas, en las de nuestro país y en las propias. Eso lo sabemos, cada día hay cientos de noticias y de escritos de aquí e internacionales que hablan del caso de Puerto Rico que es mi caso y tu caso. Cada día son más las personas que -como la viejita que conocí en el supermercado quien no tenía alimentos en su nevera- siguen haciendo malabares para subsistir.
Sigo sin entender por qué dicen que las ventas de Navidad fueron mejores que otros años. No entiendo cómo seguimos corriendo detrás de cosas materiales, acumulando, en tiempos donde ya no se puede. Cómo seguimos manteniendo el becerro de oro de los que se enriquecen a costa de nuestro endeudamiento.
Todo apunta a tiempos en que tenemos que armarnos con un nuevo modo de vivir y funcionar. Son tiempos en que solo se sobrevivirá a nivel personal y como país desde el alma guerrillera. Esa que afronta la oposición con valentía y coraje sin rendirse ni derrotarse.
Hoy me digo más a mí que a ti que tenemos que soltar parte de la carga que llevamos a cuestas -en esquemas y paradigmas- para atrevernos a incorporar otro modo de afrontar la vida. Solo veo la solución a los problemas de este país desde el desarrollo y la puesta en marcha del ejército de boricuas que aquí seguimos. Un ejército que mire en otra dirección, que suelte la falsa concepción de que el país volverá a ser lo mismo. Eso ya sabemos que no pasará. Lo que sí pasará tiene que ver con la gente que se decida a vivir con radicalidad desde una nueva conciencia.
Hay que dejar de robar y lucrarse -ni siquiera una luz en un semáforo -eso nos empobrece a todos y ensombrece la dignidad humana. Toca armarnos con el escudo del trabajo duro y con gozo. Duro pues tocará doblar el lomo de modo digno en lo que toque -ya muchos lo están haciendo- como la buena amiga Esther quien, junto a su esposo, vende yucadillas en el paseo la Princesa del Viejo San Juan luego de perder sus empleos. Un producto único y de rico sabor que venden con gran atención a sus clientes. Duro, pues ya la bonanza no está y habrá que seguir aprendiendo a eliminar los excesos y las apariencias.
Con gozo, pues toca dejar la queja y sacar lo mejor del alma del puertorriqueño, esa alegría y esperanza que nos ha caracterizado desde los tiempos del lamento borincano. Con gozo, pues no podemos dejar que el desastre que nos ha dejado las malas decisiones de aquellos en quienes hemos confiado nos derrote.
Hay que prepararnos para votar en las elecciones. Para botar a los que no responden a la misión de hacer política y poner a aquellos que -sean famosos o no- nos demuestren una conducta ética y un plan de trabajo para rescatar el país que sea inclusivo de todos los sectores. Toca seguir haciendo política desde el sin poder, desde la periferia, seguir creando tejido social, alianzas de trabajo y proyectos como las microempresas comunitarias que nos encaminen a nuevos espacios que revitalicen la economía.
Con coraje sí, con el coraje de no rendirnos y el coraje de tomar decisiones. De atrincherarnos para no permitir que se destruya la familia pilar de la sociedad. Coraje para mantener relaciones de amistad que sean fuente de apoyo y dejar ir aquellas que que nos estancan. El coraje de confrontar la mediocridad que se ha instalado en la vida cotidiana y que se ha vuelto flojera, desgano. La valentía de levantarnos cada día a buscar y crear nuevos horizontes, seguir cuestionando un sistema inhumano que se ha vestido de democracia para destruir lo digno, lo humano y aquello a lo que todos tenemos derecho para una vida plena.
Deseo que vivamos este año desde el duro y con gozo que nos mantenga con esperanza en la lucha por el Puerto Rico que todos merecemos.
lortiz@csifpr.org