Arrollados y abandonados: ¿por qué nos sorprende?
Leo, escucho, veo todo el revuelo que hay en los medios con los casos de ciclistas y peatones arrollados en la carretera abandonados a su suerte, y me pregunto por qué nos sorprende.
Una sociedad que ha desmembrado el sentido de ser persona limitándola a objeto de consumo y poniendo la materia por encima de la vida, que ha violentado todos los principios éticos y servicios básicos que garantizan el derecho a una vida digna. Un sistema que todos los días nos da ejemplos de truquelería – término que aprendí con los jóvenes de la calle- y que se refiere seguir el camino fácil, el truco, la nébula para lograr lo que se quiere por encima de los demás, no puede aspirar a que sus ciudadanos mantengan un estilo de vida basado en principios éticos y morales de respeto a la vida.
Un tiempo donde los servicios básicos como la salud son carne de carnada para sacar dinero atropellando a la gente no puede aspirar a que el bien y la verdad reinen. Eso sin mencionar toda la basura que denigra la persona y que recibimos a diario en cosas que vemos en la pantalla de la casa o del cine.
Un sistema económico basado en el lucro por encima de la persona. Basado en lo individual por sobre el bien común, es un sistema que adoctrina a su gente para la insensibilidad y el miedo. Un sistema que hace tiempo viene abandonando y lacerando a los pueblos a través de las muchas injusticias mundiales a que a diario vemos.
Entonces cuál es el show me diría uno de esos chamacos que no niegan lo que son ni lo que hacen y que raspan las cosas sin pena ni gloria. Cuál es el show si nos están matando todos los días de diversas formas. Nos están matando la conciencia, la identidad, el sentido humano. Nos están arrollando las oportunidades de vivir dignamente, nos están matando el futuro. Cuál es el show si los que nos deben dar ejemplo son los primeros abusadores, que continúan abandonando a su suerte a un pueblo agonizante.
Es sabido que los valores no se aprenden con currículos y cursos, los valores se aprenden por modelaje. Quizás debamos dejar de andar lamentándonos y debamos emprender un llamado a repensar y re actuar desde lo que es el ser humano a plenitud. Para eso no hay que hacer un congreso, ni una nueva ley, ni una nueva oficina. Para eso hay que detener la marcha, mirarse por dentro y renacer desde la verdad profunda de bien que habita en toda persona. Desde la dignidad que todos poseemos, ese valor único -que como diría Sor Isolina Ferré- nos hace hermanos, nos hace miembros de una misma familia.
Me duele lo de los ciclistas, me duelen todas las muertes de todos los días y las muertes de los vivos que van perdiendo la vida cada día de diversas maneras injustas e insensibles.
Sé que son muchos y muchas los que han hecho de sus vidas testimonio, viven para servir y mostrar con actos lo que es ético, lo que es el amor. Seres que desde el gobierno, iglesias, universidades, entidades sociales cuidan la vida, a los niños, ancianos, enfermos, al ambiente y reflejan en sus miradas y actos la misericordia. Mantengo la esperanza que desde esas vidas que son modelaje, ejemplo para otros siga resurgiendo una nueva sociedad donde la dignidad de la persona sea el centro.
(La autora es Trabajadora Social y Directora del Instituto para el Desarrollo Humano a Plenitud de los Centros Sor Isolina Ferré empresa social que se dedica a la sanación de heridas y la formación sico-histórica-espiritual mediante Talleres de Crecimiento Personal 787-375-7854)