Mi pascua y la crisis
Tengo una pascua -sí, una planta de pascua, de esas que adornan las casas en la navidad- desde el pasado mes de diciembre. Mi pascua y yo tenemos una relación que se ha tornado valiosa para mí. Y es que desde que llegó a la casa comencé un ritual de alimentarla y asolearla, mientras ella me fue regalando sus hojas de un rojo lleno de brillo.
Desde diciembre hasta esta pasada semana, la pascua estuvo tan hermosa que al llegar a la casa cada día sentía una alegría y un ambiente navideño que me ha servido de aliento en estos tiempos tan inciertos en la patria. Hasta me ha acompañado a algunos de los talleres que ofrecemos sobre desarrollo humano. Esta semana la pascua comenzó a decaer, y me dio la impresión de que iba a dejar de regalar sus hermosas hojas rojas. Creo que ambas entristecimos, y opté por sacarla un rato al patio y echarle agua en dosis pequeñas. Para mi sorpresa, volvió a recuperar su color y belleza.
Hoy, a seis meses de la pasada navidad, y a seis meses para la próxima temporada navideña, mi pascua está tan florecida que pareciese recordarme que todo el año puede ser navidad, si vivimos desde el sentido del amor pleno que celebramos en esos días tan especiales del nacimiento del niño Dios.
Pienso que si ese impulso de vida y colorido puede mantenerlo una planta, incluso fuera de temporada, si es capaz de responder al trato de esta servidora, quien no sabe nada de jardinería. Si le es posible revivir y renovarse para seguir regalando su belleza, ¿qué se podrá esperar del alma humana? Del ser humano donde habitan los mayores talentos y fortalezas del cosmos. La mayor obra de la creación.
Creo que mi pascua se niega a morir, pues anda regalando un mensaje, se empeña en mostrarse bella y llena de vida para recordarme todas las posibilidades de renacer y florecer que tenemos, por más inciertos que parezcan los caminos. Son tiempos donde vivimos abrumados con diversas situaciones personales, mas los procesos políticos en medio de la crisis económica del país. Donde escuchamos tantos mensajes que nos desalientan, en vez de avivarnos. Donde muchos pareciesen tener la receta para la recuperación de la economía y la deuda del país, pero pocos han hecho algo para encontrar las soluciones en espera de ser elegidos a un puesto político.
Ciertamente el panorama local, unido a las grandes crisis humanitarias, guerras y situaciones socio políticas a nivel mundial pareciesen llevarnos a la neurosis, a la derrota. Hoy comparto los frutos de mi pascua, que sigue viva fuera de la navidad, y reafirmo mi convencimiento de que nosotros también podemos florecer en tiempos de sequedad y desaliento.
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