Gestión emocional ante un diagnóstico de cáncer de seno
“Seamos realistas, mientras respire tengo vida”.
Darleen Savir
#LuchaLinda
Recibir un diagnóstico de cáncer genera un caudal de emociones tanto para el paciente como para sus seres amados y allegados. Sorpresa, incredulidad, enojo, tristeza o quedarse paralizado por uno instantes, son algunas de las reacciones iniciales al recibir esta noticia. Algunas de esas emociones, siguen presentes durante el proceso del manejo de la condición. Se trata de algo inesperado que, además de sus consecuencias en la salud física, incide en el estado emocional del paciente, sus familiares y personas cercanas.
Es un tema que nos toca de cerca a casi todos, ya sea porque fueron diagnosticados con esta enfermedad o, como en mi caso, porque hemos tenido o perdido a un ser amado a consecuencia de este mal. Ya les había relatado que mi hermana Sonia ‘Chiqui’ Rosa Vélez, falleció a un año de ser diagnosticada de cáncer de seno en etapa cuatro. Así que, para mí este tema universal es muy personal, como lo sé que es para ti, que enfrentas la situación, ya la experimentaste o tienes a alguien cercano que pelea la batalla.
Y precisamente, hoy 19 de octubre, la Organización Mundial de la Salud ha designado como el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, deseo dedicar este escrito a la importancia de la inteligencia emocional en el manejo de un diagnóstico tan impactante.
Recuerdo que, justo antes de que mi hermana estuviera encamada, a consecuencia de una metástasis en el cerebro, ella estaba muy ilusionada porque había sido invitada a un simposio sobre las huellas indígenas, ya que, precisamente, había publicado un libro sobre ese tema. La presentación sería un 28 de octubre de 2008, y a principios de ese mes comenzaba a apagarse. No sin antes luchar, como ella le llamaba, ‘la buena batalla’ y seguir enfocada en sus proyectos escriturales, su poesía, sus investigaciones, que fueron las estrategias que usó para manejar emocionalmente ese poderoso gigante.
A principios de ese mes de octubre, viajamos a Estados Unidos a visitarla, ya se anticipaba el desenlace. Sin embargo, ella me habló de la presentación y de la ropa que usaría ese día. De más está decirles que mi corazón se destrozó en mi interior. Ahora, visto desde el cristal de la inteligencia emocional, comprendo que ella estaba escogiendo la ilusión, atesorando esos momentos de vida que durarían hasta su partida el 13 de noviembre del 2008.
Y es que la inteligencia emocional fortalece la capacidad para hacer frente a la angustia emocional y reduce la percepción de estrés en respuesta a situaciones difíciles.
De hecho, ya se han realizado varias investigaciones que validan la importancia de la regulación emocional para manejar la enfermedad. Entre estos, investigadores de Ohio State University, estudiaron a 227 mujeres diagnosticas con cáncer de seno y vieron efectos positivos, al enseñarle habilidades de inteligencia emocional durante el tratamiento. Las féminas que fueron asignadas aleatoriamente a las estrategias de gestión emocional manifestaron niveles reducidos de estrés y desarrollaron sistemas inmunológicos más fuertes.
“El proceso que un paciente de cáncer está atravesando es uno emocional, fisiológico y social que no solo impacta al paciente, sino también a toda la familia. Así que la inteligencia emocional tiene un rol importante en su manejo y para que se pueda enfrentar mejor la enfermedad. En el caso de los familiares y amistades, para que sirvan como apoyo, ya que se ha probado en investigaciones que esto facilita el tratamiento. Vemos en las estadísticas que el cáncer le puede tocar a cualquiera, ya sea al individuo como a un miembro de la familia, por lo que debemos prepararnos para ese momento”, indicó en entrevista con la Oficina de Prensa del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), la doctora Lizzette García Pabón, catedrática del Departamento de Psicología del RUM, durante el primer conversatorio La inteligencia emocional en el manejo del cáncer de seno en octubre de 2016.
Precisamente, el pasado jueves 17 de octubre, tuvimos la tercera edición de este evento educativo y solidario, en el que las sobrevivientes relataron sus historias y cómo enfrentaron emocionalmente la situación. Llevo grabadas en mi memoria sus experiencias que tienen como común denominador mantener una actitud positiva, en medio de la adversidad, ¡y eso es inteligencia emocional!
Hermosas guerreras sobrevivientes: Susan, Bernadette, Gladys, Alexis y tú, sigan con templanza peleando la buena batalla, buena porque significa vida, valor y esperanza. En este día emblemático de educar sobre la prevención del cáncer mamario, también honramos el legado y la memoria de aquellas que ya pelearon la buena batalla y ahora descansan, mi amada hermana Chiqui, y mis queridas Margie y Lory. ¡Siempre serán recordadas!
Y a todas las demás féminas que me leen, inteligencia emocional también significa autoconocernos y amarnos. Así que, no pospongas más hacerte tu mamografía, si ya te corresponde, y a las más jovencitas, estar atentas a cambios en los senos. A los caballeros, aunque es menos frecuente, también es posible padecer esta enfermedad, no bajen la guardia, estén atentos.
“En momentos de crisis es indispensable conocer, comprender, controlar y expresar nuestras emociones de manera asertiva y productiva”, expresa la coach Carmen Blanco.
Para todos los demás, es menester practicar la empatía, columna vertebral de la inteligencia emocional. Un gesto solidario, un abrazo, un ‘estoy aquí presente’, una palabra, un simplemente estar en silencio, escuchar, colaborar y apoyar, serán importantes para los pacientes, familiares y amigos en la gestión emocional del cáncer del seno.
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