En nuestra sala de infusiones se tejen sueños y se hilvanan recuerdos.

Nuestras mentes están en constante producción metafórica, sí, porque pensamos en imágenes.

Recuerdo que hacen tres o cuatro años un compañero de radioterapias me preguntaba, “sobre cómo sería el final, sobre cómo él querría que fuera el final, sobre cómo sería ese capítulo en su vida”.

Por qué sufrir, por qué atormentarse, por qué morir en la víspera de la muerte. Thomas Jefferson dijo, “cuánto dolor nos han causado los males que nunca han sucedido”. Tan malo es anclarse en el pasado, como paralizarnos en el presente por visualizar un tenebroso futuro.

No podemos permitir que el miedo usurpe el lugar de la fe y la confianza en Dios.

Tenemos una gran capacidad para revertir el dolor, el temor, la angustia y la desesperación. Si estamos sumergidos en un mar de incertidumbre, dejemos que la misma incertidumbre sea el catalizador para que aflore nuestra capacidad de superación.

Existe el presente, el hoy, el ahora, no existen finales, existen comienzos. Trabajamos en el ahora, construimos nuestra felicidad hoy. Hoy es el día de ser feliz, mañana es hoy lleno de felicidad. Tu vida son presentes constantes, es una sucesión de días brillantes, de victorias, de logros y de ternuras.

El futuro es el resplandor del presente. No sufras la agonía del final, por el contrario, vive la alegría del comienzo. Estás constantemente comenzando, renaciendo, diseñando y construyendo presentes de amor.

Estás en tu Proyecto de Vida, en un recorrido de crecimiento y desarrollo espiritual. Es continuo, no se detiene, no tiene final. Por eso no le temerás al final, porque no existe, porque no duele, porque no se sufre.

Una vez comienzas la travesía continúas fluyendo en un éxtasis de alegría, en un frenesí de felicidad, en un delirio de amor.

Y regresas a reintegrarte al Alma Absoluta, al Dios de la Vida, con más brillantez y luminosidad.

Naciste del Amor de los Amores y regresas al Reino del Amor, a dónde siempre has pertenecido. No tienes final, tienes un hermoso comienzo, sin cargas y sin pesados equipajes.

Estás comprometido con el Amor, estás hecho de Amor, tu hoy y tu presente irradian Amor.

No hay capítulos finales, tejemos nuestra historia con hilos de comienzos, con capítulos de vida fresca y abundante, vida que no termina y no languidece, vida que se extiende y se perpetúa en nuestro presente.

Dios te ha regalado la vida para querer, para desear, para afanar, para crear, para hacer, para descubrir, para agradecer, para perdonar, para tolerar, para comprender, pero sobre todo, “para que vivamos en libertad y seamos libres para amarnos los unos a los otros”.

Estás bien, estás lleno de vida, estás lleno de regalos.

En esta sala de infusiones recorremos todos los caminos del alma.