“Oscar, tengo un amigo que tiene cáncer, lee tus reflexiones en Endi y quisiera hablar contigo”, me comentó un vecino los otros días.

“A nuestra doctora le diagnosticaron cáncer, formó un grupo de oración, leen tus reflexiones y quieren orar por ti”, me indicaron con mucho entusiasmo unos amigos de la iglesia.

Y así, prácticamente todas las semanas, me encuentro con personas que me relatan sus experiencias con sus amigos pacientes de cáncer. Y en todos estos relatos el común denominador es la necesidad de apoyo.

Las personas necesitan el cariño, el afecto, el amor y el apoyo de otras personas. Y más aún cuando estamos enfermos y sufrimos de alguna adversidad. Necesitamos saber que no estamos solos, que no hemos sido deshauciados emocional y sentimentalmente. Que sentimos el calor y la presencia de los demás.

Los pacientes de cáncer necesitamos comunicarnos con otros pacientes de cáncer. Necesitamos conocer cómo sienten y padecen. Buscamos en lo profundo de sus corazones sus razones y sus verdades. Necesitamos escuchar la voz del dolor y de la esperanza. Necesitamos desnudar sus almas y recorrer sus caminos y buscar y encontrar.

Necesitamos conocer cómo sacian su sed, cómo descansan sus pies del largo recorrido y cómo alimentan sus sueños y quimeras. Necesitamos romper nuestro silencio y escuchar otras voces y otros mensajes. Necesitamos que nos digan, que alimenten nuestros vacíos, que llenen nuestros oídos de sonidos nuevos. ¡Que nos enseñen a extrañar sin sufrir!

Necesitamos compartir nuestra ansiedad, nuestras súplicas y nuestras intranquilidades. Necesitamos ver las cadenas del apego rotas, ver las canastas vacías y los corazones libres.

Necesito tu risa, tu luz y tu alegría para celebrar mi presencia. Necesito tus pasos para celebrar mi camino. Necesito tu verdad y tus encuentros para celebrar mis días.

Necesito tus manos para juntos abrir caminos que nos lleven al Padre. Necesito tu voz para juntos agradecer al Dios de la Vida.

¡Necesito tu corazón para llenarlo de amor!

No estamos solos, somos hijos del Padre, somos la vida.