Logros estratégicos de Trump contra Irán y China
Armonizar relaciones en Oriente Medio es una de las tareas de Jared Corey Kushner, el yerno y asesor del presidente de EE. UU., Donald Trump. Su objetivo es acercar a los vecinos de Israel para crear un muro de contención. Una vez un Estado árabe hiciera alianza con Israel, otros Estados harían lo mismo. Luego que Emiratos Árabes Unidos normalizó relaciones, Baréin le siguió los pasos. En ambos casos hubo mediación de EE. UU.
Por esto, el presidente Donald Trump es nominado para el premio Nobel de la Paz por el diputado noruego Christian Tybring-Gjedde. Oriente Medio es una región volátil, en la que los conflictos armados y las organizaciones terroristas islámicas afloran. Lograr que haya armonía entre países árabes e Israel viabiliza la contención.
Una de las motivaciones para estas negociaciones de paz e intercambio económico es la amenaza que representa el régimen teocrático de Irán. Los iraníes entrenan a organizaciones terroristas islámicas, como Hezbolá, que operan en Irak, Siria y Líbano. Es la zona del Levante que el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) dominaba parcialmente antes de ser derrotado. El Levante comprende a Irak, Siria, Líbano, Egipto, Jordania, Palestina e Israel.
Los vacíos de poder son llenados de inmediato. Al derrocar a Sadam Huseín se necesitaba un plan de reconstrucción y de reorganización de las fuerzas armadas y de seguridad irakíes. El debilitamiento del Partido Baaz Árabe Socialista, con la caída de Huseín, la guerra interna en Siria y la retirada de las tropas americanas bajo mandato del presidente Barack Obama, provocó un vacío de poder que fue llenado por ISIS. Al derrotar a ISIS, durante la administración Trump, ese campo quedó abierto para una lucha que involucra a Irán, Turquía, Rusia, Siria y los kurdos. Irán lleva la mayor parte, por su cercanía, recursos e influencia.
Esta es la razón por la que Trump ordenó matar al general iraní y segundo al mando Qasem Soleimani, quien organizaba y entrenaba logísticamente a milicianos y a organizaciones terroristas chiitas en Irak. También lo hacía en Siria y en el Líbano. Soleimani fue responsable de la muerte de muchos soldados americanos. Era un general dedicado a formar terroristas y a expandir la influencia iraní en Oriente Medio.
Aquí se traza el motivo principal de la alianza entre varios países árabes e Israel. A los árabes suníes les preocupa el expansionismo iraní. La zona del Levante está bajo amenaza constante. Israel y los árabes suníes se acercan por un enemigo común.
Trump es una figura clave para la mediación entre las partes. Es quien retiró a EE. UU. del acuerdo nuclear con Irán. Hizo esto porque la administración Obama no negoció que los iraníes abandonaran su programa de misiles intercontinentales. De nada sirve limitar el enriquecimiento de uranio y un compromiso de palabra de no desarrollar armas nucleares, si se permite un programa balístico intercontinental. Esta decisión posicionó a Trump como aliado de Arabia Saudí y de otros países árabes.
La credibilidad de Trump ante los países árabes consiste de que cumple su palabra, está dispuesto a negociar y mediar en las negociaciones con Israel, y toma acciones concretas para contrarrestar el expansionismo iraní. EE. UU. e Israel son potencias militares que brindan seguridad.
El éxito de Trump se extiende a otras regiones del mundo. En el continente americano logró que por primera vez en la historia EE. UU. presida el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Mauricio Claver-Carone presidirá el BID por cinco años, un periodo más corto, porque quiere dar el ejemplo para que los próximos presidentes sean electos para mandatos que no se entiendan por más de una década. La admimistración Trump rompe con la tradición de mantener a un presidente del BID por más de diez años.
El cabildeo del gobierno de Trump para presidir el BID dio frutos, pues solo necesitaba la mitad del apoyo de los países de la región, pero obtuvo el 66%. Esto le permitirá desplazar al régimen de China y reducir su influencia en Iberoamérica. En ocasiones anteriores el BID autorizó la colaboración financiera de China. Trump sabe que la influencia del Partido Comunista de China (PCC) representa un problema de seguridad nacional y regional.
China inicia su expansionismo mediante las finanzas internacionales. Pero se tornó cada vez más agresiva, al punto de construir islas artificiales en los mares del sur asiático y de financiar proyectos de infraestructura en los países del cuerno de África para que le permitan establecer bases militares. La primera base militar china en África se establece en Yibuti y se inaugura en el 90 aniversario del Ejército chino. Fue una fecha simbólica escogida por el presidente Xi Jinping.
Esta es la importancia de que EE. UU. presida el BID y de que Trump sea reelecto para dar continuidad a la estrategia que contrarresta a China. Los ideólogos antiamericanos y los regímenes socialistas no aplauden esta movida. Tampoco el candidato presidencial demócrata Joe Biden, porque su hijo Hunter Biden tiene intereses oscuros con China. No se espera que de ganar la presidencia le dé continuidad a la iniciativa de Trump.
El presidente de EE. UU. es un estratega, negociador y visionario que sabe que la mayor amenaza para la seguridad nacional no es Rusia, sino China, y que en Oriente Medio hay que mantener a Irán a raya.