Sobre el presidente de EEUU, Donald Trump, se publican con frecuencia notas de prensa falsas. El blog Trumpstorming sirve como espacio para aclararlas. No es que el Blog sea un fact checker, pero sirve como uno de los pocos espacios en Puerto Rico para exponer las ideas, propuestas, expresiones, decisiones y tácticas del presidente Trump, tal y como las comunicó o de la forma más aproximada posible.

La publicación del diario The New York Times que indica que un ex funcionario de la administración Trump lo escuchó bromear sobre intercambiar a Puerto Rico por Groenlandia, es un ejemplo de #fakenews o de reportajes que no indican la fuente, que sugestionan al lector y que presentan un rumor como si fuera un hecho verificable. Si uno quisiera corroborar lo que se reporta, no podría, pues no se indica quién es la fuente ni se presenta evidencia concreta, del tipo audiovisual o escrita. Incluso, si fuera cierto que Trump realizó un chiste sobre intercambiar a Puerto Rico, no queda claro el contexto de la conversación, el tono, con quién conversaba y la relevancia.

Los reporteros y comunicadores no deben hacerse los desentendidos cuando se habla con ironía, se bromea o se usan figuras retóricas. Un chiste es un chiste y un rumor es un rumor. Su trabajo no es fungir como psicoanalistas; no son los Sigmund Freud de la noticia.

Un ejemplo de un chiste sacado de contexto, que sí mencionó Trump, es que los judíos de Israel lo quieren como si fuera el “Rey de Israel” o “la segunda venida de Cristo”. Esto lo tomó de una cita de un locutor radial; a lo que se refería es a que tiene una excelente relación con el estado de Israel y con la población judía. Es un hecho que Trump es el primer presidente que cumple su palabra de mover la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, promesa que hicieron presidentes como Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.

Otro “reportaje” en el cual se recurre a fuentes no identificadas, que le atribuyen expresiones al presidente Trump, es el que publicó el medio de prensa digital Axios, sobre la supuesta idea y propuesta de bombardear los huracanes antes de que toquen tierra. Supuestamente, en dos ocasiones Trump sugirió —a oficiales de seguridad nacional y del Homeland Security— utilizar bombas, incluso bombas nucleares, para desorganizar a los huracanes. El Presidente desmintió esta publicación en su página de Twitter.

Hay medios de prensa y reporteros que tratan los rumores como si fueran hechos y que publican notas de prensa en las que no se incluye la evidencia ni el nombre de la fuente. Cuando se trata del presidente Trump, ocurre con frecuencia. Suelen ser publicaciones que ridiculizan a Trump y que parten del supuesto sobre que para conocer sus posturas, relacionadas a cualquier asunto, es mejor una fuente poco confiable o no identificada que preguntarle de forma directa. Quieren evaluar a la administración Trump basados en chismes, especulaciones, chistes y expresiones sacadas de contexto.

A Trump le han atribuido expresiones que no dijo sobre Puerto Rico en varias ocasiones. Lo de cambiar a la Isla por Groenlandia se nota que es una nota falsa que aprovecha el tema del momento para traer a los puertorriqueños por los pelos. El caso de Puerto Rico se utiliza para demonizar a Trump tildándolo falsamente de xenófobo. Es un modo de atacarlo para hacerlo quedar mal ante los puertorriqueños que votan en estados como Florida. En el 2016 le atribuyeron la expresión falsa de que iba a quitarle la ciudadanía americana a los boricuas. A pesar de que lo aclararon, todavía hay personas que repiten esta mentira como si fuera cierta.

Lo mismo ocurrió cuando Trump interactuó lúdicamente con los puertorriqueños que asistieron a una actividad de repartición de ayuda humanitaria en la iglesia Calvary Chapel de Guaynabo, luego del paso del huracán María. Se propagó el #fakenews sobre que Trump humilló a los boricuas al lanzarles rollos de papel toalla. Estuve presente en esa actividad, al igual que el reportero de Fox News, Geraldo Rivera. Ambos presenciamos cuando el público presente le indicó al Presidente que le lanzara el papel, porque no alcanzaban. Nadie se ofendió ni indignó. Por el contrario, le dieron la mano, se tomaron selfies, aceptaron la ayuda ofrecida e interactuaron con Trump.

Cuando se trata de Trump, “todo es según el color del cristal con que se mira”, del marco ideológico y partidista del cual se parte, de la agenda oculta que se lleva y del amor o el odio que se le tenga.