En política, las diferencias no se resuelven a puñetazos
Jim Acosta, de CNN, realizó una entrevista al gobernador de Puerto Rico (PR), Ricardo “Ricky” Rosselló, en la que hizo una pregunta de seguimiento cuya respuesta tuvo un costo político. El Gobernador cayó en el juego de Acosta, que suele agitar y provocar controversias para atacar al presidente de EEUU, Donald Trump. También, se entrampó en la agenda de líderes del Partido Demócrata que buscan demonizar a Trump para derrotarlo en las elecciones presidenciales del 2020.
Respondió: “Si el bully se acerca, le daré un puño en la boca”. La respuesta, aunque fue en sentido figurado o “metafórico”, como en días posteriores indicó el Gobernador, provocó una controversia que se hizo viral. Muchos entendieron que se refería al presidente de EEUU; otros, a Pete Navarro, el director de Política Comercial e Industrial de Casa Blanca. Según “Ricky”, Navarro amenazó y usó palabras soeces contra asesores del gobierno de PR. No importa a quién se refiriera el Gobernador, su respuesta es imprudente, irrespetuosa y contraproducente.
En una entrevista con Tamara Gil, de BBC, el Gobernador respondió cuidadosamente a una pregunta cargada para dar a entender que Trump es racista y xenófobo. Sin embargo, la entrevistadora le dio seguimiento e insistió en forzar una premisa sesgada. Le preguntó: “¿No cree entonces que hay racismo o xenofobia en sus palabras?”. Gil se refiere a Trump. “Ricky” respondió: “…Sí creo que hay algo de eso, de xenofobia y racismo, en que se ha perpetuado el estatus colonial en Puerto Rico”. Nuevamente, “Ricky” se acorraló y respondió lo que deseaba la entrevistadora, aunque aclaró: “No es que rechace esa premisa, es que la desconozco. Y no me gustaría hablar sobre ello”. Evitó poner palabras en la boca de Trump y de no atribuirle intenciones racistas o xenófobas, pero fue ambiguo.
Toda esta controversia trata sobre los fondos federales asignados y por asignar para la recuperación de PR, luego del paso del huracán María. El Gobernador cabildea por más fondos federales y por un desembolso ágil de los fondos aprobados. Se queja de que la administración Trump tarda mucho en los desembolsos.
Lo que no indica “Ricky” es que su administración no es diligente en los trámites por agencia federal ni en la entrega de informes de proyección de gastos. Tampoco dice que la Casa Blanca quiere nombrar a un coordinador para la supervisión de los fondos federales, pero hay oposición por parte del gobierno de PR. Es un hecho que el Presidente no confía en los administradores del territorio. Trump comunica que “la alcaldesa de San Juan no sabe lo que hace” y que el gobernador de PR tiene “que saber usar el dinero sabiamente”, pues “no saben cómo utilizar el dinero”. El mensaje es claro, si el Gobernador quiere un desembolso ágil de fondos federales, debe ser responsable fiscalmente.
Pero, “Ricky” niega que su gobierno tome decisiones irresponsables. Omite que ordenó el pago de un bono de Navidad y que esto minó su credibilidad ante el gobierno federal.
En Washington, DC, las cosas no funcionan como en PR. A Trump no lo engañarán con juegos retóricos demagógicos y no lo harán cambiar de postura con demonizaciones. Está acostumbrado a los ataques frívolos y sabe cómo contrarrestarlos.
CNN está en su peor momento, luego de que el informe del fiscal especial, Robert Swan Mueller III, y que el resumen y la conclusión del fiscal general de EEUU, William Barr, sirviera para exonerar al presidente de EEUU y a sus allegados. El tiempo que dedicó a difamar al Presidente, ahora pesa en su contra. La cadena enfrenta problemas de credibilidad. Lo mismo pasa con otros medios de prensa.
Por eso, demonizar a Trump, usando el caso de PR, es como escupir contra el viento, pues es sabido que en el territorio hay problemas fiscales, económicos, de infraestructura y de administración pública desde antes del paso del huracán María.
A pesar de la desconfianza de Trump en las autoridades locales, estaba dispuesto a firmar un proyecto de ley del senador federal republicano, David Perdue, que incluye $600 millones para el Plan de Asistencia Nutricional (PAN) de PR. El cabildeo de la comisionada residente en Washington, Jenniffer “JGo” González, y del senador federal por Florida, Rick Scott, viabilizó el cambio de postura de Casa Blanca respecto a estos fondos. Sin embargo, la intransigencia de congresistas demócratas, como Nydia Velázquez, y la imprudencia del gobernador de PR no ayudó para la aprobación del proyecto de ley. El Proyecto fue rechazado por el Senado federal, porque el caucus de senadores demócratas exigió que se añadan fondos para PR. Usan al territorio para politiquear.
La administración Trump asignó fondos federales a PR en cifras récords y se reunió con las autoridades locales con frecuencia, incluso con el Gobernador. Pero, la gota que colma la copa cayó.
“Ricky” no niega la asignación de fondos federales que sobrepasa los $90 billones. Su queja es de “agilidad”. Lo irónico es que cualquiera que examine objetivamente a la administración Trump, se da cuenta que es eficiente. En cambio, los problemas de agilidad los tiene el gobierno de PR. Ni siquiera se ponen de acuerdo entre líderes del partido gobernante (el Partido Nuevo Progresista, PNP) para aprobar y firmar leyes sobre reforma laboral, de armas, de libertad religiosa, de regulación del aborto, de reforma contributiva, de presupuesto, entre otras.
Esto revela que en PR los partidos no se organizan en torno a marcos fiscales y socioeconómicos claros. No hay un Partido Republicano ni un Partido Demócrata inscrito. Lo que hay son sancochos ideológicos compuestos por cleptócratas (corruptos), kakistócratas (ineptos) y plutócratas (clase alta mediocre y corrupta). Así no se logra eficiencia ni agilidad.
Si los conservadores fiscales y los derrochadores compulsivos continúan operando en un mismo partido, no se debe esperar que PR se encamine hacia una recuperación.