Al presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, lo demonizan tildándolo falsamente de racista. Omiten que el desempleo entre la población negra ha disminuido significativamente y que supera los récords históricos del Departamento del Trabajo de EEUU. No hablan sobre el aumento en el apoyo a la gestión del Presidente, por parte de la población negra. Según la encuesta de Rasmussen Reports, supera el 8% de los votos obtenidos en las elecciones presidenciales del 2016 y el 19% que obtuvo en esta encuesta en el 2017; ahora tiene un 36% de apoyo entre la población negra. Mencionar estos datos derrumbaría la narrativa del Trump odioso y racista.

Cuando conmutó la sentencia a Alice Johnson, una mujer negra que estuvo más de 20 años encarcelada, por un delito no violento, la prensa progresista y los detractores de Trump no dedicaron el mismo tiempo que dedican a demonizarlo. Debieron dar tiempo igual para informar sobre las reuniones de Trump con líderes religiosos negros y sobre su asistencia a la inauguración de un museo de historia de los derechos civiles en el estado de Mississippi. Sin embargo, decidieron desviar la atención reportando una protesta en contra de Trump que fue poco concurrida.

Han atacado a los comunicadores y líderes negros que apoyan a Trump, como Kanye West, Candace Owens, CJ Pearson, Ben Carson, entre otros. Pero, le dan foro a cualquier figura pública negra que insulte al Presidente. Por ejemplo, dedicaron mucho tiempo y espacio a los insultos realizados por el jugador de la NBA, Lebron James, y por la exasesora en la Casa Blanca, Omarosa Manigault. Cualquier persona negra que hable mal sobre Trump es noticia. Si una persona lo elogia, la ignoran o la difaman.

Darell Scott, un pastor negro de Ohio, dijo que Trump podría ser el presidente que más ha hecho por la población negra en EEUU. Esto fue en una mesa redonda con pastores y obispos que discutieron el tema de la reforma carcelaria. La reunión fue el miércoles 1 de agosto de 2018. No fue una noticia destacada ni le dedicaron el tiempo necesario, a pesar de que trata sobre las reuniones que realiza el Presidente para recopilar información y tomar ideas que aporten a la reforma carcelaria.

Esto significa que las personas negras, hispanas, entre otras que conforman una cantidad significativa de la población carcelaria pudieran beneficiarse de programas para viabilizar el empleo luego de ser excarcelados. Trump indica que quiere que los americanos vuelvan a tener empleo, y eso incluye a todos los americanos. Es necesario superar el estigma contra personas que cumplieron su condena y que enfrentan problemas para integrarse a su comunidad. Se debe evitar la reincidencia y el fracaso en la rehabilitación.

Trump también se reunió con exgobernadores, como “Rick” Perry, quien forma parte de su gabinete. El exgobernador de Texas y actual secretario de Energía de los EEUU conversó sobre sus gestiones para asistir a la población carcelaria. Para atender el asunto de la reforma carcelaria, Trump escucha a distintas voces y expertos que le dan credibilidad al proceso, y que pueden asistir en el cabildeo y la promoción de la medida.

Dejarse llevar por lo que otros dicen que otro dijo sobre Trump y por rumores sobre supuestas expresiones racistas del Presidente, es caer en la política chiquita, mezquina y trivial. Las acciones hablan más que las palabras y que los chismes de pasillo.

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