La periodista canadiense Naomi Klein defiende la tesis de que el capitalismo “salvaje” (aka “neoliberalismo”) aprovecha las crisis para privilegiar a sectores corporativos. Visitó a Puerto Rico (PR) luego del paso del huracán María, se reunió con la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín, y propagó la teoría de conspiración sobre que el gobierno federal y estatal deliberadamente usa la crisis posMaría para privatizar y privilegiar a corporaciones. Sin embargo, no dijo que sus aliados ideológicos, los socialistas e independentistas de PR, usan la crisis para adelantar una campaña frívola sobre un supuesto “genocidio” de puertorriqueños.
Es irónico que quienes politizan la tragedia son los que acusan a otros de hacerlo. La campaña “We’re Dying”, protagonizada por Yulín, sirvió al Partido Demócrata para demonizar a los republicanos y al presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump. No debe sorprender que los medios progresistas premiaran a Yulín y la convirtieran en un símbolo.
Esa campaña frívola entorpeció los trabajos de recuperación de PR y postergó el recogido de escombros y otras tareas en el municipio de San Juan. Yulín se fue de media tour por EEUU, se negó a asistir a las reuniones de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) con los alcaldes y se tardó en coordinar el recogido de escombros.
La campaña continúa luego del informe de los resultados de un estudio de la Universidad de Harvard que concluye que hubo 4,645 muertes asociadas al paso del huracán María. El estudio, publicado en la revista académica The New England Journal of Medicine, presenta una metodología imprecisa, con un margen de error amplio y con falta de datos del Registro Demográfico de PR.
Se hizo una comparación basada en una encuesta con una muestra aleatoria de residentes de PR. El número de muertes que estima es elevado. Hay un problema de diseño, pues es un estudio hecho como si no existieran datos oficiales.
Sin embargo, a los politiqueros y demagogos no les importan los datos, los hechos ni si un estudio es preciso y confiable. Lo que importa es la utilidad política que tiene usar un discurso que apela al prestigio de una Ivy League y de la ciencia. Ya Yulín se tomó fotos con una gorra que lleva impreso el número 4,645.
Varios medios de prensa de EEUU y de PR compararon el 4,645 con los muertos del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 y con las muertes asociadas al paso del huracán Katrina. Demonizan a los republicanos e implican falsamente que María es el Katrina de Trump.
La variable “muertes asociadas con el paso del huracán María” es tratada por medios de prensa y por políticos opositores al gobierno federal y estatal como si dijera “muertes por negligencia del gobierno federal y estatal”. Modifican la variable malintencionadamente.
Ni Yulín ni los medios de prensa destacan que Trump visitó a PR, que envió a su gabinete y al vicepresidente, Mike Pence. No resaltan que recibió al Gobernador en la Casa Blanca. Tampoco valoran que asignó la ayuda solicitada y extendió varias veces la fecha de vencimiento de la asignación del 100% de los fondos necesarios para la reparación de la infraestructura de energía eléctrica.
Omiten que hubo desastres naturales que ocurrieron al mismo tiempo en otros estados. Usan a PR para adelantar la política de identidad que atrae votos de puertorriqueños. Esta campaña demagógica es útil para las elecciones de medio término.
Lejos de enfocarse en mejorar las áreas deficientes y colaborar en la prevención y en los preparativos para la temporada de huracanes, nuevamente entorpecen y enfocan la atención mediática en una controversia fabricada.
La campaña “We’re Dying” llegó al punto absurdo de implicar que en PR hay un genocidio, que masacran a la población con “negligencia deliberada” y que promueven la emigración masiva de puertorriqueños.
A Yulín la invitan a dar conferencias en universidades liberales, en las que dominan los progresistas y el pensamiento de izquierda. Hoy día, uno no debe fiarse de los medios de prensa ni de la academia. Hay que dudar de todo y de todos, comparar fuentes y formar una opinión propia.
Lo que muere lentamente es la credibilidad y el compromiso con la verdad.