Trump enfrenta al coronavirus con apoyo bipartidista
Pocas veces en años recientes los dos partidos de mayoría en EEUU colaboran para enfrentar un problema. No es usual que los demócratas y never trumpers no ataquen al presidente Donald Trump. La norma es culparlo y responsabilizarlo por todo lo que sucede en el mundo y en la Nación. Sin embargo, la emergencia por la pandemia del coronavirus (covid-19) amerita una postergación de la campaña electoral y de los constantes ataques contra la persona.
Trump declaró un estado de emergencia nacional para facilitar la toma de decisiones sin tanta burocracia y obstáculos. Los demócratas no pusieron objeción. De hecho, colaboran con una medida legislativa federal para autorizar fondos de emergencia. De aprobarse en ambos cuerpos del Congreso, esta ley de alivio por la emergencia del coronavirus, millones de trabajadores se beneficiarían al recibir paga sin descuento a los días por enfermedad, si presentan síntomas o si están en cuarentena por alrededor de dos semanas. Varias corporaciones grandes, voluntariamente, decidieron adoptar esta medida, a pesar de que no les aplicaría. Walmart, Target, Gap, Wawa, entre otras empresas con una nómina significativa adoptaron medidas similares.
El presidente Trump se reunió con ejecutivos de corporaciones de distintos sectores de la economía para colaborar y enfrentar la crisis provocada por el coronavirus. Las compañías de crucero suspendieron sus operaciones y las aerolíneas redujeron sus vuelos. El sector farmacéutico y los laboratorios clínicos colaboran para desarrollar una vacuna y realizar las pruebas de diagnóstico para detectar el coronavirus. Las aseguradoras de salud se comprometen a cubrir el costo de estas pruebas.
Esta pandemia obliga a todos los sectores a colaborar y pone a prueba los avances científicos en la medicina. En cualquier otra época y siglo la tasa de mortalidad sería más alta y las comunicaciones no tendrían la misma velocidad y efectividad, pero hoy día es posible actuar con mayor agilidad y recursos. Hay espacio para mejorar, pero se debe reconocer que mundialmente se tienen más recursos para minimizar los efectos perjudiciales de una pandemia.
La administración Trump ha sido diligente al colaborar con otros países y al proteger a la población de EEUU limitando los vuelos y cerrando las fronteras desde muy temprano. Se sabe que habrá efectos económicos adversos, pero es una situación de emergencia que reta la norma.
El sector económico del turismo y la industria hotelera, en la que participan las empresas Trump, es el más perjudicado por la crisis del coronavirus. A pesar de esto, Trump no titubeó al atender la emergencia y poner la seguridad nacional primero.
En este punto, cobra fuerza la postura constante de Trump sobre construir un muro fronterizo, controlar la inmigración ilegal y vigilar las fronteras. No solo hay problemas de tráfico ilícito de armas, drogas, personas y mercancías, también se debe enfrentar el riesgo a la propagación de infecciones.
Prueba de que Trump pone a EEUU primero y de que sus decisiones no se basan en un espíritu xenófobo es que prohibió los vuelos desde Irlanda, Reino Unido y Europa en general. Cuando se atiende la seguridad nacional no se trata de discrimen contra una etnia o nación. En materia de terrorismo islámico, aplica la prohibición de entrada a EEUU a ciudadanos de países en los que operan organizaciones terroristas islámicas. Cuando se trata de una pandemia, se incluye a los países aliados. Son decisiones difíciles que no se inspiran en ninguna forma de odio. Por el contrario, se trata de proteger la vida de los ciudadanos americanos. Esta es la responsabilidad principal de un presidente.
Por el tiempo que dure la emergencia conviene colaborar y evitar los ataques partidistas innecesarios. Habrá tiempo para evaluar la respuesta. Por el momento, la administración Trump provee todos los recursos necesarios para atender la situación con la prioridad que amerita.