Trump se apunta una victoria en el Senado federal
Los congresistas demócratas que fungen como fiscales en el juicio político que se realiza al presidente de EEUU, Donald Trump, no lograron su objetivo de persuadir a tres senadores republicanos para que ocurriera un empate 50 a 50 que viabilizara la participación del juez presidente del Tribunal Supremo federal, John Roberts, en una decisión controversial y de carácter constitucional. El voto para permitir la citación de nuevos testigos fue 51 a 49 en contra, con solo dos republicanos never trumpers a favor: Mitt Romney (Utah) y Susan Collins (Maine). No lograron convencer a la senadora de Alaska, Lisa Murkowski, quien entendió que ya no era viable un juicio justo.
Aunque Murkowski votara a favor, Roberts indicó que no atendería la controversia, porque implicaría una intromisión indebida de la Rama Judicial en un asunto de la Rama Legislativa. No iba a provocar un precedente riesgoso. Roberts se limitó a cumplir su función de presidir el juicio político.
Luego de esta decisión, el Senado federal se apresta a votar el miércoles 5 de febrero de 2020 para dar por culminado el juicio político, un día después del Mensaje de Estado (SOTU, por sus siglas en inglés) y dos días después del Caucus de Iowa. De este modo, se cerraría este capítulo de la estrategia política demócrata de usar el juicio político para beneficio electoral.
Los republicanos se dieron cuenta de que no hay evidencia ni cargos que justifiquen destituir al presidente Trump. No le toca al Senado federal hacer el trabajo de la Cámara Baja ni le toca a los republicanos jugar el juego político electoral de los demócratas.
Si se autorizaba la citación de nuevos testigos y la presentación de evidencia nueva, se extendería el juicio político durante el periodo de primarias presidenciales. Esto serviría a los demócratas para hacer relaciones públicas con ataques constantes contra el presidente de EEUU. En pleno año electoral, pretendían que el Senado federal destituyera al Presidente para evitar enfrentarlo en las urnas.
Ni la Rama Judicial ni la Rama Legislativa deben decidir quién es el próximo presidente de EEUU. Los senadores republicanos y el juez Roberts no erraron.
Quienes enfrentan varias derrotas consecutivas son los demócratas, pues no lograron que se presenten más testigos en el juicio político, fracasaron en el manejo y reporte de resultados del Caucus de Iowa, tendrán que recibir al presidente de EEUU en la Cámara Baja para que ofrezca su Mensaje de Estado y el miércoles bajará la votación en contra de destituir a Trump. Esta es una racha de derrotas, un día tras otro. El Partido Demócrata no rinde honor a su nombre, pero la democracia gana de todos modos.