Trump reconoce al perro que acorraló a al-Baghdadi
No se publicó el nombre ni el sexo del perro que persiguió por un túnel y acorraló al líder del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), Abu Bakr al-Baghdadi. Es un perro de la raza belga Malinois que pertenece a la unidad K-9 del Ejército de EEUU. Terminó con heridas que, según se reporta, no son graves, luego de que al verse contra el perro y la pared al-Baghdadi detonara su chaleco bomba para evitar ser capturado e interrogado.
Esta misión representa un logro para la administración Trump. Los demócratas no le dan crédito al presidente de EEUU por autorizar la operación realizada en el noroeste de Siria. Sin embargo, el perro, cuyo nombre se mantiene como información clasificada (secreta), recibirá los honores que todo militar, humano o canino, se merece.
Para Trump, la vida de todo militar es importante, por eso no arriesga vidas americanas en conflictos armados y guerras que persiguen un cambio de régimen en países de Oriente Medio. Destruir a ISIS y a toda organización terrorista islámica es el objetivo.
Las intervenciones u operaciones militares autorizadas por Trump no son contra estados, sino contra organizaciones criminales y grupos armados que amenazan la seguridad de los países, incluyendo a EEUU. Prueba de su postura son los tuits que publicó en los que pone a las fuerzas armadas americanas a la disposición del gobierno de México para asistir en la lucha contra los carteles de drogas.
También, organizaciones como ISIS, Hezbolá, Hamas, las FARC, el ELN, entre otras son una amenaza en varias regiones del mundo, incluso en América. Venezuela es uno de los estados en los que opera Hezbolá, las FARC y el ELN. Vigilar los movimientos de estas organizaciones es importante para la seguridad nacional de EEUU. Estados vecinos, como Colombia, también tienen interés en combatir a estas organizaciones que se aprovechan de tener a un aliado en Caracas.
Es conocido que Nicolás Maduro tiene vínculos con organizaciones terroristas islámicas y narcoterroristas. Este se apodera del gobierno venezolano y ofrece refugio a organizaciones criminales y a terroristas internacionales. Eso lo convierte en un criminal y en un posible objetivo militar. El perro podría hacerle una visita al tirano de Venezuela cuando menos se lo espera.
Puesto que Trump no favorece las intervenciones militares que implican el incremento de fuerzas ni una presencia indefinida en un estado o región, lo idóneo es una misión de captura, extracción o muerte.
A Maduro no se le debe considerar un jefe de Estado, sino un criminal que tiraniza y aterroriza a la población venezolana. También, es una amenaza para toda América, pues permite que Venezuela sea un campo de entrenamiento de terroristas, refugio de criminales, centro de extracción de minerales y recursos naturales para China y Rusia, y lugar de cruce para infiltrar espías y agitadores en los estados vecinos.
Habrá opositores a una misión cuyo objetivo sea Maduro y “argumentos” predecibles. Por ejemplo, los socialistas que afirman que EEUU solo quiere el petróleo de Venezuela repiten un cliché que no toma en cuenta el hecho de que Trump logró que la Nación sea independiente energéticamente, mediante el aumento de la producción de combustibles a base de petróleo, gas natural y carbón. EEUU es el principal productor mundial. Esto evita que la Nación se perjudique por los conflictos de Oriente Medio y viabiliza mantener a las fuerzas armadas fuera de conflictos y guerras. Otro hecho que sirve de contraargumento es que el petróleo venezolano es pesado, lo que encarece su refinación.
La amenaza que representa el madurismo chavista es real. Que EEUU quiere apropiarse de los recursos naturales y las materias primas de Venezuela es una falsedad. Quien hace esto es China, Rusia, Cuba y otras tiranías socialistoides. A otro perro con ese hueso; atacar a EEUU tildándolo de imperio es un recurso retórico trillado que usan los socialistas.
Quizá el nombre del perro que acorraló a al-Baghdadi no será revelado, por protocolos de seguridad e inteligencia, pero eso no evita que Maduro llegue a conocerlo en persona. Si no quiere conocer su mordida, conviene que aproveche el espíritu negociador de Trump. Aunque, narcoterroristas y criminales como Maduro no encuentran otra salida que no sea la que encontró Pablo Escobar, Joaquín “El Chapo” Guzmán, Osama bin Laden, Abu Bakr al-Baghdadi, entre otros. Tarde o temprano los capturan, vivos o muertos.