Le achacan a Trump las faltas de Biden
La élite del Partido Demócrata y la prensa liberal/progresista que apoya a Joe Biden, como precandidato presidencial, lo protegen desviando la atención del conflicto de interés en el que incurrió su hijo Hunter Biden al hacer negocios energéticos en Ucrania en el 2015. Biden y su hijo viajaron a Ucrania en el Air Force Two (el avión vicepresidencial) en funciones oficiales; por eso, el negocio que realizó Hunter Biden implica un conflicto de interés, porque Joe Biden era el enviado del presidente Obama para asuntos sobre Ucrania.
Para desplazar culpas, acusan falsamente al presidente Trump de un contubernio con Ucrania, parecido a la noticia falsa del contubernio con Rusia. Atacan a Trump acusándolo de lo que hizo Joe Biden y su hijo.
No es la primera vez que los demócratas utilizan esta táctica. Lo hicieron al desviar la atención de los señalamientos contra Hillary Clinton por obstrucción a la justicia y exponer información clasificada. La acusación falsa contra Trump sobre un contubernio de su campaña presidencial con el gobierno de Rusia sirvió para distraer la atención pública. Mientras se enfocaron en Trump, no hablaron sobre Hillary.
En esta ocasión, quieren salvarle el pellejo a Joe Biden, quien estuvo al frente en las encuestas de opinión sobre las primarias presidenciales del Partido Demócrata hasta días recientes. La precandidata presidencial Elizabeth Warren lo superó por pocos puntos porcentuales. Si se investiga a profundidad el conflicto de interés en el que incurrió su hijo durante un viaje oficial a Ucrania, su carrera por la presidencia de EEUU podría llegar a su fin.
Hunter Biden perteneció a la Junta de Directores de la corporación energética Burisma Holdings, en la cual cobró un salario de $50 mil mensuales. El dueño de esta corporación ucraniana, Mykola Zlochevsky, era investigado por múltiples casos de corrupción relacionados con su negocio. Joe Biden intervino mediante presiones financieras del gobierno de EEUU para entorpecer la investigación contra Zlochevsky y Burisma Holdings. Viajó a Ucrania en un momento de crisis política y de conflicto internacional, pero atendió asuntos que beneficiaron a su hijo Hunter Biden.
Aunque oficialmente no se le acusa de cometer un delito, a Joe Biden no le conviene que se investigue ni que se hable más sobre el asunto. Por esto, prefiere ser cuidadoso con los ataques en contra de Trump, porque podría salirle el tiro por la culata.
Sin embargo, hay otros políticos que no tendrán cautela, pues les conviene abrir la caja de Pandora. Los precandidatos presidenciales y congresistas demócratas que persiguen iniciar un proceso de residenciamiento (destitución) contra Trump, quieren matar a dos pájaros de un tiro. Si atacan a Trump, acusándolo de conspirar con el gobierno de Ucrania para investigar a un precandidato presidencial, en el proceso, se llevan enredado a Biden.
El que lleva las de perder es Biden, pues a Trump solo lo usan de señuelo quienes desean derrotar al precandidato con el apoyo de los grandes donantes y super delegados demócratas. Irónicamente, los medios de prensa que atacan a Trump, con la intención de ayudar a Biden, logran lo contrario. Biden está atrapado entre aliados y enemigos de su propio partido. No es la primera vez que le pasa, pues Hillary Clinton logró mantenerlo fuera de la carrera presidencial de 2015-2016 cuando ya se sabía sobre el conflicto de interés que involucraba a su hijo.
La prensa nunca le dedicó tanto tiempo/espacio a la noticia como ahora. El factor de oposición tenaz contra Trump cambió el panorama, de uno de omisiones y autocensura a uno de forzar una narrativa que parece más ataque suicida que otra cosa.
No es Trump el que debe estar preocupado. La élite tradicional del Partido Demócrata tiene a Biden como su caballito de carrera. Si algo ha aprendido esa élite, es que los ataques frívolos en contra de Trump suelen revertirse, como quien escupe contra el viento.