“Le reitero al presidente Trump, que está discriminando contra tres millones de ciudadanos americanos residentes en Puerto Rico.” Esta cita tomada del Mensaje de Situación de Estado del gobernador de Puerto Rico (PR), Ricardo “Ricky” Rosselló, realizado el 24 de abril de 2019, es un fragmento de la diatriba que dirigió contra el presidente de EEUU, Donald Trump. El Gobernador pronunció su discurso incendiario en español y en inglés, como quien busca cobertura mediática de los medios de prensa estatales, nacionales e internacionales. No es la primera vez que ataca al Presidente, pero esta vez lo hizo en cadena mediática estatal, en el mensaje más importante que debe emitir ante sus constituyentes. Por qué usar este foro, que debe servir para informar sobre la situación fiscal y socioeconómica de PR, con el propósito de enviar un mensaje a Casa Blanca y al gobierno federal.
“Ricky” tiene por costumbre enviar mensajes contradictorios que se ajustan a la situación. Cuando el presidente de EEUU visitó a PR, dos semanas después del paso del huracán María, dijo que Trump envió toda la ayuda necesaria; fue cordial y agradecido. Mantuvo la misma actitud cuando fue recibido en la Casa Blanca y en otras ocasiones. Sin embargo, tan pronto comenzó a recibir críticas sobre la gestión realizada para la recuperación y reconstrucción de PR, cambio el tono y la actitud. También, en la medida que la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, ganaba popularidad en EEUU y al interior del Partido Demócrata, comenzó a distanciarse de Trump y de los republicanos para hacer campaña por candidatos demócratas, antes de las elecciones de medio término. Su distanciamiento fue tal que no endosó a ninguno de los candidatos republicanos del estado de Florida que se expresaron a favor de la estadidad, uno de los cuales fue activo en asistir a los puertorriqueños que se mudaron a Florida luego de la emergencia: Rick Scott y Ron DeSantis. Pudo mantenerse neutral, pero quiso ser más demócrata que estadista (estadoista), que presidente del Partido Nuevo Progresista (PNP) y que gobernador de PR.
Esta movida demuestra que sus críticas y ataques a Trump no responden, necesariamente, a que el Presidente no ayude a PR, sino a un interés de ganar el favor del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés). “Ricky” opera con la máxima “demócrata primero, penepé y estadista después”. Su movida resultó en un fracaso que reveló su falta de liderazgo y de poder de convocatoria. Scott y DeSantis ganaron sus respectivas contiendas, a pesar de estar rezagados en las encuestas de opinión y de la movida imprudente de “Ricky” al endosar a Bill Nelson y a Andrew Gillum. Nuevamente, “Ricky” no logró movilizar electores; tampoco lo logró en la primaria apretada contra Pedro Pierluisi, en la elección general contra David Bernier y en la consulta de estatus de 2017. En cada evento electoral, aunque ganara la elección y fuera el favorito, no movilizó a una cantidad significativa de electores. En las elecciones de medio término su debilidad fue más notable.
Los ataques a Trump tienen una función que se ciñe al escenario estatal. Si el Mensaje de Situación de Estado se supone sirva para presentar los logros del gobierno de PR, a falta de ejemplos y en abudancia de fracasos, hay que buscar a un culpable. Trump es el chivo idóneo para el demócrata que busca sacarse de la cara el guante de la opinión pública local. Para responder al porqué de los atrasos en la reconstrucción de carreteras, viviendas, puentes, infraestructura de energía eléctrica, infraestructura de acueductos, entre otras, ofrece la respuesta que se convirtió en su nuevo mantra: Trump discrimina contra los ciudadanos americanos residentes en PR. Lo tilda de bully y mediante omisiones reproduce el mito del presidente malo y xenófobo que se niega a tratar a los puertorriqueños como “iguales”.
El Gobernador recurre a muchas omisiones. Por ejemplo, no dice que mientras exige un “trato igual” se opone a que PR sea clasificado como jurisdicción doméstica para fines contributivos federales. Quiere “igualdad” solo para solicitar y recibir más fondos federales, para reclamar, falsamente, que a PR se le debe tratar como a cualquiera de los 50 estados, sin serlo, pero no desea del mismo modo las responsabilidades que implica formar parte de la Unión.
La amnesia selectiva de “Ricky” deja fuera de su discurso la ineficiencia de su Administración en la entrega de toda la documentación necesaria para el desembolso de fondos federales por agencia. Hay un proceso de evaluación, ajuste y aprobación para el desembolso de fondos federales, luego de que el gobierno de PR entrega su plan de acción. Uno de los “olvidos” significativos del Gobernador es que se negó a que Casa Blanca designara a un coordinador para la supervisión de los fondos federales de reconstrucción de PR. El pago de bonos de Navidad, el patrón histórico de corrupción gubernamental y la ineficiencia en el manejo de fondos federales le restan credibilidad al gobierno de PR. Es notable la desconfianza de la administración Trump. Por eso, trata a PR como si fuera una jurisdicción de alto riesgo.
Además, “Ricky” atacó a la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), por supuestamente excederse en el alcance de sus funciones y poderes, pero no destaca que la JSF es solo un síntoma o consecuencia del irrespeto por la Constitución del Estado Libre Asociado de PR que establece claramente un límite al servicio de la deuda y que obliga al pago de la deuda emitida constitucionalmente.
Al gobierno de PR le toca hacer las cosas de un modo diferente y transparente, si no quiere que lo traten como al típico administrador irresponsable al cual están acostumbrados los residentes de PR y al que Trump denuncia, directamente, en respuesta a los ataques frecuentes que recibe. La corrupción gubernamental excesiva en PR no es secreto de estado y el uso deficiente de fondos federales es tema de conversación en Washington, DC. Los ataques contra Trump parecen más una distracción, como las que hace el torero, pero, irónicamente, quien podría recibir la estocada es otro.