El Acuerdo de Comercio de EEUU y México
Una de las promesas de campaña del presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, se cumple al llegar a un acuerdo de comercio con México. El Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) no será un acuerdo multilateral, sino bilateral; se llamará Acuerdo de Comercio de EEUU y México. Canadá quedó fuera, pero está pendiente una (re)negociación aparte.
Uno puede estar o no de acuerdo con este acuerdo, y aun así reconocer que el objetivo de renegociar NAFTA y atraer inversión y empleos a EEUU se logró. Las estadísticas de desempleo del Departamento del Trabajo federal evidencian que la población negra, hispana y las mujeres se benefician de la política del Presidente de reducir el déficit comercial y reducir impuestos para crear condiciones favorables a la inversión.
Justo luego de que se anunciara el logro de un acuerdo comercial con México, el índice bursátil NASDAQ quebró un récord al sobrepasar los 8000 puntos. La confianza del consumidor y de los inversionistas aumenta.
La Unión Europea respondió de inmediato con una oferta para reducir a cero los aranceles a los automóviles. Trump consideró la propuesta insuficiente, pero la negociación continúa. Esta tendencia a ceder se notó en el mes de julio cuando se acordó cero aranceles, cero barreras no arancelarias y cero subsidios a los bienes industriales no automotrices.
También, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ante la presión de sus críticos, se acercó a Trump para incluir a Canadá en el nuevo acuerdo. Esa negociación está en proceso.
Los blue-collar workers o trabajadores de obra manual fueron clave en la victoria electoral de Trump, sobre todo en estados como Michigan, Pennsylvania y Ohio. Son los que más se benefician con las renegociaciones que hace el Presidente. Esto implica que el Partido Demócrata ya no tiene el monopolio del sector obrero.
Trump le aporta al Partido Republicano su estrategia y sus tácticas de negociación, su discurso atractivo a los obreros sin sacrificar los principios conservadores fiscales y su pragmatismo, que permite beneficiar al sector empresarial y a los trabajadores al mismo tiempo.
Esto no lo hizo solo. Tuvo ayuda de su familia, en especial de su yerno Jared Kushner, esposo de su hija mayor, Ivanka Trump. Fue quien coordinó las negociaciones con el presidente de México, Enrique Peña Nieto. Kushner ayudó con el cabildeo a favor de la reforma carcelaria, en establecer la agenda para la paz en Oriente Medio, en obtener la sede de los Juegos Olímpicos de Verano del 2028 y de la Copa Mundial de la FIFA de 2026 que se realizará en tres estados de Norteamérica: EEUU, Canadá y México.
La política de poner a “EEUU primero” se sostiene en cada decisión. No es por chauvinismo, sino por lo que dijo Trump en varios de sus discursos, incluso en el que pronunció ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), cada estado es responsable de velar por sus intereses y, como presidente de EEUU, es su deber defender a la Nación. La defensa nacional incluye el bienestar económico.
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