A pesar de que por ley el gobierno federal no puede negociar ni regatear el precio de los medicamentos para el programa Medicare, el presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, encontró una vía para evitar el aumento en el costo. Usó la táctica que le ha funcionado con otras corporaciones privadas. Presionó a una de las farmacéuticas para ponerla en un dilema de relaciones públicas. Pfizer decidió posponer el aumento de los precios a varios de sus medicamentos.

El alto costo en el precio de los medicamentos en EEUU se debe a varios factores. Hay una conformación de monopolios en la producción de medicamentos nuevos debido a las leyes sobre patentes y propiedad intelectual. Estos monopolios tienen un periodo de duración limitado, pero no tan corto; son veinte años de derechos de propiedad.

Una táctica que usan las farmacéuticas para extender la duración de las patentes es pagar a otras corporaciones para que no compitan en la producción de un medicamento. Además, hacen cambios mínimos en la fórmula del medicamento para justificar una nueva patente. Así mantienen el monopolio en la producción.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) es otro aspecto a considerar; la burocracia, la excesiva permisología y la lentitud en la aprobación de los medicamentos no compara con el proceso más competitivo y ágil europeo.

Los medicamentos se encarecen con los gastos operativos, como la investigación científica y médica. También, se necesita que las farmacéuticas operen en estados que ofrezcan incentivos contributivos o de otro tipo. En esta área Puerto Rico (PR) deja de ser atractivo y competitivo.

El problema con el costo en los servicios de salud en EEUU se complica no solo con los medicamentos, sino con las primas de las compañías aseguradoras. Por esto, Trump necesita tiempo para atender este problema y conseguir la aprobación de leyes y reformas del sistema de salud. Pfizer cedió, temporeramente, para dar un espacio al gobierno federal y al Congreso.

Se necesitan cambios a las leyes existentes y un compromiso de negociación entre los republicanos y los demócratas.

Para Trump, es un asunto prioritario. Busca beneficiar a los ciudadanos abaratando el costo de los servicios de salud y viabilizando el acceso a medicamentos. Una de las medidas recientes fue la de permitir que los pacientes con enfermedades terminales accedan a medicamentos en la etapa experimental. Esto evita que incurran en gastos de viaje, de alojamiento, entre otros, debido a que salen de su país para probar alternativas en otros estados.

Es probable que haya que esperar a las elecciones de medio término para ver si los electores le dan los escaños necesarios a los republicanos para aprobar reformas. El Senado federal es el más complicado, pues se necesitan 60 votos para aprobar medidas.

Trump juega sus cartas lo mejor posible dentro de las circunstancias.