Asistí al foro ‘De los desastres del capitalismo al capitalismo del desastre: resistencias y alternativas’ en el cual participó como panelista la periodista canadiense Naomi Klein. Se realizó en el Anfiteatro #1 de la Facultad de Estudios Generales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPRRP). Su intervención fue breve, pues incluyeron a cinco panelistas, todas mujeres con un marco socialista o, para ser más preciso, anti capitalista.

Repitió clichés y discursos dirigidos para las gradas. Parecía una reunión de activistas políticos conversos con estudiantes, profesores, exalumnos y quienes se sintieran convocados.

Se trata de propagar, agitar, organizar protestas y adelantar un modelo político que se enmascara como innovador, pero que en realidad es la combinación de las ideas anarco societarias de Noam Chomsky, la postura socialista democrática de Klein con las de organizaciones socialistas y marxistas culturales.

El mensaje fue contradictorio, pues por un lado se atacó y responsabilizó al Gobierno por el deterioro fiscal (económico y de la infraestructura), pero por el otro se favoreció no privatizar y mantener el control gubernamental de los servicios. Eso combinado con propuestas de “soberanía comunitaria”. Es decir, el Gobierno es “malo”, corrupto y provoca intencionalmente el deterioro de la infraestructura y los servicios, pero mejor no privaticemos, porque las corporaciones privadas son codiciosas. Se trata de Gobierno combinado con proyectos comunitarios y cooperativistas.

Los ataques contra Donald Trump, Mike Pence, George Bush Jr y Estados Unidos (EEUU) no faltaron. Una actividad de este tipo necesita de chivos expiatorios. Los diablos a los que se culpa de todo mal no son solo hombres, blancos, conservadores, heterosexuales, cristianos y americanos, sino también sistemas como el capitalismo y la civilización occidental.

No fue necesario que Klein dijera mucho, pues parte del entendido de que hay activistas y comunidades organizadas, y los “intelectuales” o académicos solo tienen que avivar y motivarlas un poco más de lo que están. Por esto, no sorprende que muchos de los asistentes se comportaran como en un culto y gritaran consignas como: “Esa deuda ilegal, no la vamos a pagar”.

Las alusiones a la “colonia” no faltan en una actividad de la “IUPI”. Es parte del ritual de iniciación que todo invitado aluda a que Puerto Rico es una colonia oprimida por el imperio americano.

Todo cuadra con estos discursos siempre para’os, no importa lo que se señale siempre quedan en victoria. La culpa siempre es del capitalismo salvaje, neoliberal y del desastre. Hay una conspiración constante por parte de “los ricos que conforman el 1% de la población global”, todos piensan igual, todos son de “derecha” y como Pinky y Cerebro “quieren conquistar al mundo”.

Pero, no os preocupéis, porque para eso están los chapulines colorados dispuestos a salvarnos de nuestra ignorancia colectiva. Con los pocos que se movilizan se logrará revolucionar ‘glocalmente’ (en lo local y lo global), porque “Otro mundo mejor es posible”. No hablemos de Venezuela, el país en el que se realizó el Foro Social Mundial que inspira esta consigna.

Tal parece que la miseria de Venezuela debemos achacársela al capitalismo, al imperialismo americano, a las instituciones financieras usureras, menos a los socialistas y narcos que gobiernan. Esos narcos que se montaron y llegaron al poder con la ayuda de intelectuales de izquierda o, mejor dicho, anti capitalistas, no merecen que se les dedique un segundo del foro; ni los mencionaron. Si se va a culpar a alguien del deterioro en cualquier país del mundo, debe ser al sistema capitalista y, si es necesario ponerle un rostro “humano”, debe ser el de la “bestia”: Trump.

Para Klein, Trump es un síntoma o consecuencia del capitalismo del desastre. Se podría decir que le tira la toalla, porque sabe que después de Trump queda más millaje político que sacarle al anti capitalismo.

Atacar al presidente de EEUU es la norma, sobre todo si es republicano. Trump está de paso; eventualmente, el blanco de los ataques será otro.

En lo que a Puerto Rico respecta, el rostro de la “bestia” lo ocupa el gobernador Ricardo Rosselló y el sistema culpable combina al capitalismo con el “imperialismo” americano. Klein considera que el gobierno estatal y federal usó la emergencia pos huracán María para adelantar privatizaciones. No presentó evidencia de su especulación. Le compró el discurso a la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, con la cual grabó una entrevista con preguntas tipo ‘pitcher y catcher’.

Su trabajo periodístico es sesgado y matizado por su ideología política anti capitalista (socialista). Es una periodista activista. No lo niega, pero vale destacar que sus supuestos no forman parte de una demostración científico social, sino de sus posturas personales.

Vincula la formación del huracán María y de otros fenómenos atmosféricos como “causa” del calentamiento de los océanos. Relaciona al capitalismo con el cambio climático y al Gobierno con el capitalismo, en una explicación tipo teoría de conspiración que atiende el título del Foro: “De los desastres del capitalismo…” (como el supuesto cambio climático antropogénico) “…al capitalismo del desastre…” (como el supuesto plan “maquiavélico” del Gobierno de usar la crisis para privatizar).

Su discurso intenta explicarlo todo, sin duda razonable, de modo omnisciente. Todo cuadra en su marco. El capitalismo tiene la culpa.