Trump tiene una racha de victorias
El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, no para de ganar, tal y como lo vaticinó luego de su victoria en las elecciones presidenciales de la Nación. Su misión de lograr que EEUU sea grandioso nuevamente, recogida en el eslogan MAKE AMERICA GREAT AGAIN (#MAGA), incluye metas económicas, jurídicas y de seguridad nacional.
Se reporta que la bolsa de valores de EEUU tuvo alzas que rompieron récords históricos. El índice bursátil Dow Jones superó los 20,000 puntos y mantiene un alza sostenida desde enero de 2017. El optimismo y la confianza en las decisiones fiscales y económicas del Presidente ayudan a las alzas.
La reforma fiscal federal propuesta por Trump es un aspecto a considerar para explicar las alzas en las bolsas. Es también uno de sus logros recientes. Para que se convierta en ley solo falta que culmine el proceso de armonización de las propuestas de la Cámara y el Senado federal que actualmente se reúnen en un comité de conferencia legislativa.
Se espera que el trickle down economics, o el efecto de lograr crecimiento económico e inversión mediante la reducción de impuestos, ayude a reducir el desempleo. Esta es una de las promesas de la campaña presidencial de Trump a los trabajadores de cuello azul, bluecollar workers, que laboran en la manufactura. Con la reforma contributiva federal se persigue atraer inversión, crear empleos y cumplir con el objetivo de aumentar la producción nacional y de consumir productos hechos en EEUU, que se resume con el eslogan Buy American, Hire American: Putting American Workers First.
Una de las victorias más notables en materia jurídica es la decisión reciente del Tribunal Supremo de EEUU (SCOTUS, por sus siglas en inglés) de autorizar la prohibición de entrada a EEUU a ciudadanos de ocho países: Irán, Libia, Siria, Yemén, Somalia, Chad, Corea del Norte y Venezuela. Seis de estos países son predominantemente musulmanes y tienen campos de entrenamiento de organizaciones terroristas islámicas. Corea del Norte es una amenaza para la Nación por su beligerancia y por su programa de desarrollo de armas nucleares capaces de alcanzar territorio continental americano. Venezuela es incluido, pero solo aplica a los ciudadanos que aparezcan en la lista de vetados; se incluye a funcionarios de gobierno de la dictadura socialista dirigida por Nicolás Maduro.
Trump no solo tiene logros en el Congreso, en el Tribunal Supremo y en Wall Street, también se apunta victorias en materia de política exterior. Tiene de su lado al príncipe heredero del trono de Arabia Saudita, Mohámed bin Salmán, quien combate al extremismo islámico chía y sirve como aliado para lograr reformas en el Islam.
También, se acerca a sus aliados y retoma las relaciones debilitadas en tiempos de Obama. Un ejemplo es la decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y la orden de mover la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén. La decisión fue postergada por tres presidentes anteriores: Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.
Esta movida en ajedrez se le llama un jaque, pues pone a la Autoridad Palestina en la posición de negociar un acuerdo de paz si quiere evitar que EEUU construya una embajada en Jerusalén. En otras palabras, Trump no negocia como presidentes anteriores que permitían la extorsión. Su estrategia lo coloca dando un paso al frente y con ventaja para negociar. Es un win win situation en el cual no importa lo que pase algo se gana: se logra fortalecer las relaciones con Israel con la construcción de la embajada de EEUU en Jerusalén o se logra negociar un acuerdo de paz con la Autoridad Palestina.
A Trump se le debe dar crédito por sus logros. No es común que la prensa lo haga, pero los hechos hablan por sí solos.