A Puerto Rico le conviene un “gobierno a la Trump”
Donald Trump no perdió tiempo para comenzar a ejecutar su plan de gobierno. Firmó una orden ejecutiva para retirar a Estados Unidos (EEUU) del Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) con el fin de atraer inversión, producción y empleos a la Nación. No se hicieron esperar los elogios por parte del sector sindical que organiza a los trabajadores industriales. Cumplió con lo que anunció en su discurso de juramentación como presidente: puso los intereses de EEUU primero.
El gobierno de Puerto Rico (PR) debería establecer una política similar. Bajo el estatus político actual es posible poner los intereses de PR primero. La deuda emitida ilegalmente no debería pagarse. Para generar empleos y ayudar al crecimiento económico se debe reestructurar la deuda, reducir gastos gubernamentales, reducir impuestos dentro de lo posible, cuadrar el presupuesto sin déficit, cuidar de que todo contrato y compra responda a los mejores intereses del gobierno de PR, reducir empleados de confianza, entre otras acciones responsables fiscalmente. Mejorar la situación fiscal del gobierno ayudará a que deje de perjudicar a la economía.
Otra de las órdenes ejecutivas que firmó Trump sirve de ejemplo sobre lo que debería hacer el gobierno de PR: congeló las contrataciones nuevas de empleados federales. Es importante que el gobierno controle sus gastos y evalúe detenidamente las contrataciones que realizará.
También, es necesario mejorar la credibilidad del gobierno y restaurar la confianza de los constituyentes. Trump lo hizo mediante un protocolo de ética gubernamental que cuida de que no caiga en conflictos de interés. Este protocolo se hizo público antes de juramentar como presidente.
La transparencia en las acciones gubernamentales mejora al comunicar públicamente las intenciones y decisiones del gobierno. Dar cara ante la prensa y comunicarse directamente con la población a través de las redes sociales y de otros medios es parte del modo de operar de la nueva administración. Si en algo Trump es efectivo, es en usar todo tipo de medios y herramientas de comunicación. La responsabilidad fiscal incluye la comunicación efectiva y la apertura a ser fiscalizado.
El gobierno no puede subsidiar y mantener programas costosos e ineficientes. Un conservador fiscal tiene esto claro. Por eso, una de las órdenes ejecutivas firmadas por el nuevo presidente instruye a las agencias federales para que debiliten al “Obamacare” (Patient Protection Affordable Care Act-PPACA). Este programa no solo afecta al gobierno; obliga a los individuos a tener cobertura médica y sanciona económicamente al que no cumpla.
En cuanto al fortalecimiento de la economía, Trump se reúne con empresarios de distintos sectores económicos y escucha cuáles son las limitaciones que enfrentan para establecerse en EEUU; también, escucha al sector sindical. Armoniza a distintos sectores sin excluirlos. El enfoque de Trump es en empleos con remuneración alta y en el sector industrial y energético. Quiere aumentar la producción y generar muchos empleos que ayuden a revitalizar ciudades y cascos urbanos deteriorados.
La economía de PR necesita de una actitud similar por parte del gobierno. Se debe atender los intereses de todos los sectores y hacer énfasis en atraer empleos con remuneración variada. Enfocarse solo en el sector de servicio y en empleos con remuneración baja no abona significativamente al crecimiento económico ni a mejorar la situación fiscal del gobierno.
Hay áreas a explorar como el desarrollo de puertos en el este, oeste y sur con el objetivo de convertir a PR en un centro de transbordo. Además, la Isla tiene potencial para ser un centro de operaciones de corporaciones que quieran hacer negocios en Iberoamérica. También, las patentes y el trabajo creativo realizado en PR necesitan de un trabajo efectivo de comercialización.
Los cambios en los acuerdos de libre comercio que renegociará Trump podrían beneficiar a PR; hay que dar seguimiento a las enmiendas que se realizarán al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés).
Si PR quiere sacar provecho de los cambios que se avecinan, debe mejorar la comunicación con la Casa Blanca y el Congreso. No se trata solo de atraer fondos federales y de cabildeo para atender el asunto del estatus. Es conveniente el hacer énfasis en prácticas fiscales y económicas a tono con el marco conservador fiscal y con el pragmatismo que caracteriza a Trump. Se debe viabilizar que las industrias que regresan a los EEUU tomen en cuenta a PR. La deuda inconstitucional no debe pagarse. Es momento de poner a PR primero.