Trump innova en la política
Las reuniones de Donald Trump con empresarios de la tecnología tienen un objetivo: lograr desarrollo económico mediante la innovación. El nuevo presidente de Estados Unidos (EEUU) es un empresario consciente de que el surgimiento de nuevos sectores económicos requiere de innovación. Algunos de sus opositores del sector tecnológico cambiaron de parecer y ahora elogian a quien consideran liderará a la Nación al estilo de los mejores presidentes.
Bill Gates comparó a Trump con John F. Kennedy por promover la innovación. Kennedy fue el presidente que impulsó la carrera espacial. Su iniciativa rindió frutos con los diversos usos que se le da a los satélites. Mark Cuban, otro de los empresarios pro innovación que hizo campaña en contra de Trump, llamó a suspender la crítica y a darle tiempo a que juramente, lidere y tome decisiones. Antes de las elecciones presidenciales, Mark Zuckerberg (fundador de Facebook) tuvo una batalla interna con algunos de sus empleados; querían censurar algunas expresiones de Trump. Zuckerberg se opuso y logró apaciguarlos.
En una reunión con varios líderes de Silicon Valley, Trump dijo: “No hay nadie como ustedes en el mundo; no hay nadie como las personas que están en esta habitación.” Entre los presentes estuvo el fundador de Amazon, Jeff Bezos, el gerente general de Alphabet, Larry Page, el gerente general de Apple, Tim Cook, el gerente general de Microsoft, Satya Nadella, el gerente general de Tesla y cofundador de Paypal, Elon Musk, la gerente general de IBM, Ginni Rometty, el gerente general de Intel, Brian Krzanich, la gerente de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, entre otros. De este modo, mejora sus relaciones con quienes lideran y administran a corporaciones dedicadas a la innovación.
Se puede innovar en muchas áreas; Trump lo hizo en la política. Supo usar los medios de prensa a su favor, a pesar de tenerlos en contra; logró cobertura gratuita. Como Kennedy, sacó provecho de la exposición en televisión y de los debates presidenciales. Kennedy participó del primer debate televisado y dominó en presencia escénica a su contendiente, Richard Nixon.
Trump aprovechó los eventos públicos que realizó en diversas ciudades para acaparar la atención. Logró vencer a la candidata presidencial que más gastó en una campaña electoral, sin usar todos sus recursos, mediante la solicitud de donaciones pequeñas, el uso de su propio dinero y la astucia política. Muchos lo consideran un maestro en el manejo de los medios. La experiencia adquirida en el “reality show” The Apprentice y en otros espectáculos le sirvió para mantener la atención de su audiencia y tener poder de convocatoria.
Uno de sus logros fue obtener más apoyo de electores afroamericanos (negros) que candidatos presidenciales republicanos anteriores. También, le arrebató al Partido Demócrata el sitial como el partido de los trabajadores y de la clase media. No pudieron etiquetarlo como un rico avaro y desentendido de los más vulnerables. Por el contrario, se estableció como el candidato que rescataría a EEUU y le devolvería la grandeza que alguna vez tuvo.
Lo innovador de su campaña fue su uso eficiente de las redes sociales, sobretodo su dominio de Twitter. Mantenerse como el eje de la noticia y ser controversial fue lo constante. La paradoja de la prensa que lo ataca y difama, pero sin querer queriendo lo ayuda, es el mejor ejemplo de que no hay publicidad mala si se sabe sacar provecho. Toreó a la prensa, revirtió las críticas y salió airoso de cada controversia.
Sin seguir el “political correctness”, hablando a calzón quita’o, demostró que se puede ser honesto y ganar una elección. No hay que temer a la crítica, sino verla como energía potencial, como una ola que se debe aprovechar.
Nota del autor: Pueden seguirme en Twitter.