Puerto Rico: La salvación NO es individual
Puerto Rico requiere de la unión de todos y todas para su rediseño económico y su reconstrucción social y esta debe nacer de una consulta amplia con los diversos sectores sociales. Definitivamente, es un mito la frase: “la salvación es individual”. Ni en las religiones es cierta esta premisa, ni en la sociedad, ni en el país. Solos, cada uno por su propio esfuerzo, no lograríamos jamás los que podemos generar como colectivo.
Sin embargo, estamos demasiado acostumbrado al discurso individualista del “Yo todo lo puedo”. Así llegan a gobernar muchos pensando ingenuamente que desde el gobierno (o desde cualquier otra plataforma) ellos “solos” lograrán una transformación importante. Además, en la lógica contemporánea se premia de manera individual a los que más se destacan y pensamos que la sociedad es cómo un torneo donde busco a quién derrotar para yo ganarme el trofeo final. Lamentablemente, las sociedades no funcionan así.
A diario hablo de trabajar en equipo y muchas veces las personas que me escuchan no entiende lo que digo. Al parecer, pensarse a sí mismo como parte de un colectivo se les hace muy difícil. Solo se piensa, en que mi casa este linda, aunque mi comunidad se esté “cayendo en cantos”. El “yo” siempre por encima del “nosotros”, nos ha llevado a tomar malas decisiones a través de la historia. Como mediador de conflictos he visto los beneficios del diálogo y sé que es posible lograr acuerdos satisfactorios mucho mejores incluso de los que se pudieron haber imaginado las partes de manera inicial. Para estos existen profesionales adiestrados en técnicas poderosas de comunicación que transformarán la discusión, de “qué tengo que hacer para ganar”, a un “qué tenemos que hacer para que TODOS ganemos”. Es un reto el cambio de mentalidad con toda la historia que tenemos como país y los bombardeos constantes hacia una visión de un “Yo” todopoderoso. He visto como grupos y países han mediado sus controversias y sobrepasado sus diferencias a través de estos tres puntos:
- Diálogo – Pensamos que sabemos todo sobre el “otro”, sin embargo, nunca nos damos la oportunidad de realmente escuchar y dialogar con el que piensa diferente a mi. El diálogo permite que las personas se entiendan, den a conocer sus verdaderos intereses y la oportunidad de que construyan alternativas mutuamente satisfactorias.
- Soltar la creencia de superioridad – Muchos conflictos mundiales nacen de la creencia de que un grupo es mejor, más inteligente, capaz o importante que el “otro”. Este sentimiento de superioridad ayuda que los conflictos escalen toda vez que se parte de la premisa de que mi razón es universal y absoluta. Una vez se sientan en la mesa de diálogo toda creencia de superioridad debe quedar fuera del proceso. Hablamos entre iguales valorando la humanidad de todos.
- Apoyo de un tercero – Numerosos conflictos se han resuelto a través de la ayuda de un tercero. Traer a la mesa de diálogo un experto en comunicación (mediador o mediadora) ayuda a traer una perspectiva imparcial sobre la mesa, a enfocarse en las maneras de arreglo dejando atrás “lo que pasó” y enfocándose en el “ahora” y “lo próximo”.
Creo que como pueblo todavía nos quedan grandes oportunidades en estos tres asuntos. Tengamos un diálogo de buena fe, entre iguales, con apoyo profesional y veremos resultados extraordinarios. La salvación NO es individual. ¡Yo así lo creo!
¡Te invito a que comencemos a jugar en equipo, AHORA!
¡A jugar en GRANDE!
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