*A los amigos de otras geografías, les explico que “en puertorriqueño”, el vocablo “chumbo (a)”, es un adjetivo descriptivo para todo aquél ser humano que sea escaso de nalgas. Esto es, aquél cuya espalda baja sea escasa y casi plana. O sea, que no tenga almohadita para sentarse y que cuanto se caiga de fondillo, no rebote. 

Hace exactamente dos años y 11 meses, un médico boricua nos dijo en el pasillo de un hospital en Texas la frase que comparto públicamente por segunda vez: “Pa’lante, que atrás no hay ‘na’”. Dicho es español correcto, sería: “Hacia adelante, que no hay nada detrás”.

Como puertorriqueños, nos chocó la tergiversación del viejo dicho nuestro: “Pa’trás, ni pa’ coger impulso”. A mí, que acostumbro a descuadrar dichos, me pareció monísimo y digno de propagar. El médico, guapísimo, se dio media vuelta y siguió su camino dejándonos boquiabiertísimos.

Lo que dijo, desmadraba mi manera de ver la Vida: “Pa’lante, sin olvidar lo que hubo atrás”. Eso, porque siempre he pensado que se aprende de toda experiencia, especialmente de las no tan buenas. Pero sobre todo, que no se puede condenar al que mira pa’trás para impulsarse tras las lecciones aprendidas.

“Este doctor se las trae. Me gusta su actitud. Además es guapo”, dije en voz alta. Mi familia no se inmutó. Me conocen, y ya ni caso me hacen cuando digo que un actor “está bien bueno”, o que “está  como me lo recetó el doctor”.

Sin embargo, mi amigo Toño –exageradamente neurótico e hipocondríaco- dijo a boca de jarro: “Allá tú. Yo no lo quiero ver nunca más. Y menísimo como paciente”.

“Se empató el juego y nos chupó la bruja. Ni que este doctor se dedicara a las autopsias”, pensé y no dije.

Para incordiar a Toño, mi casi-casi Hermana, Comadre, Amiga-Ángela-sin-alas y yo, adoptamos el dicho del doctor aquél que jamás pensamos que regresaría a Puerto Rico. Ella escribió la frase en el ChotaBook -mejor conocido como féisbuc- y recibió muchos “Like”. Me lo recordó ayer.

¿Yo? Lo mencioné en este espacio, pero hasta ahora no lo había explicado.

Hoy, en esta entrega de jueves en jueves -y no en viernes- rescato el dicho y el evento porque el gran Toño tuvo que consultar a ese súper-supra especialista, que -para bendición de los pacientes entumorados del país- regresó a Puerto Rico. Cuando se vio en la encerrona de esa consulta con “el médico de mal agüero”, volvió a lloriquear sobre los cambios que haría en su nuevo testamento (nada que ver con el bíblico).

“¡Ay Gran Poder! ¡Cristo pelú! ¡Toño! Por las alpargatas de San Cristóbal… deja el drama ya. Lo que es, es; y lo que no es, no es, ni será. Basta de toñerías. Mira pa’lante y aprende de atrás… que el pasado no es chumbo. Nos guste, o no, siempre hay un atrás.

“Pero como te vas a morir pronto, disfruta las horas que te quedan. Cuando bajes el diapasón, te presto mi mantra en lo que te amortiguas como hoja de plátano preparada pa’ pasteles…

“¡Toño! Repite conmigo: qué rrrico es estar vivo, qué rrrico es estar vivo, qué rrrico es estar vivo, qué rrrico es estar vivo, qué rrrico es estar vivo… mmmm… qué rrrico es!”

Como casi-casi siempre, el muy terco apretó las cejas como si las quisiera juntar.

Sin embargo, ahora que contextualizo el “Pa’lante, que atrás no hay ‘na”, reconsidero mi teoría. Quizás el dicho no es filosofía chumba. De seguro que el médico se lo inventó para inyectar a sus pacientes una buena dosis de apego por la Vida y no se quedaran pega’os de las malas experiencias.

¡Ay Dios! ¡Qué bueno, rrrico y maravilloso es el milagro de la Vida!