“Señor, dale pan a los que tienen hambre…
Eran irlandesas, pero su “centro de operaciones” estaba en Nueva York. Eran intolerantes en cuanto a la indisciplina; pero la mayor parte del tiempo eran amorosas y tiernas como pan dulce con canela. Era la época de Vietnam, de los hippies, de las protestas… y ellas… ¡eran muy ellas!
Firmes (y astutas) aprovechaban cada oportunidad para enseñarnos lo que los educadores de hoy que se jactan de ser avant garde llaman “pensamiento crítico” y “visión analítica”.
Me refiero a las monjas josefinas que en algún momento soltaron al aire la brevísima oración que me impactó tanto que la adopté como “la última línea” con la que procuro terminar las largas invocaciones que dirige mi esposo al inicio de almuerzos o cenas. Él dice micro discursos emotivos y solemnes.
Entonces, cuando todos agarran los cubiertos, yo suelto la línea de las monjas josefinas:
“Señor, dale pan a los que tienen hambre… y hambre a los que tienen pan.”
En ocasiones lo decía para provocar risas-rompe-tensiones, y temas de conversación serios (no solemnes). Aprovechaba para contarle a nuestros hijos que mi madre -como la mayoría de madres de los Baby Boomers- nos decía que teníamos que “limpiar el plato” porque había muchos niños con hambre que hubieran deseado el sancocho que a mí no me gustaba “ni mirar”.
Casualmente, al comparar notas con los anecdotarios de mis amigas, todas las madres de aquella época se referían a los niños de Biafra como si hubieran sido los únicos que se morían de hambre.
Cuando cierro los ojos y concluyo en silencio “Señor, dale pan a los que tienen hambre… y hambre a los que tienen pan”, -como hice hoy, Día de Acción de Gracias- mis hijos me miran en tono de complicidad, pero alertas a cualquier “millanería sangermeña” que me pueda sacar de la manga.
Y es que no se trata de un trabalenguas, ni de desearle mal a aquellos a quienes le sobran alimentos y riquezas. Es un pellizco para alertar, avisar, para concienciar a los que tienen y se jactan cuando lo que “comparten” son sobras.
Hoy, más que nunca: “Señor, dale pan a los que tienen hambre… y hambre a los que tienen pan.”
Nota/saludo a mi amigo Toño:
Querido mío: como ves, hoy -por primera vez en los 6 años que cumplió este espacio- no me burlo del pavo crudo, congelado como piedra y con las patas amarradas con anillos de metal.
Tampoco me rio de la pleitesía que se le rinde al pavo horneado, doradito a fuerza de brochazos de achiote y del botón de broil del horno que se prende una vez al año.
No emití opiniones relacionadas al pavo “de show” que llega de las panaderías espatara’o y a punto de explotar por la cantidad de relleno que tiene de quién sabe qué, y nadie se come. Ni dije que ese es el protagonista de las fotos que colgarán los feisbuqueros antes de hacer la digestión.
No mencioné que muchos de los “especiales del Viernes Negro” son trucos de las tiendas para salir de mercancía vieja o de mala calidad que no tuvieron salida en las tiendas de Estados Unidos.
¿Estás orgulloso de mí, amigo querido?
Fíjate que tampoco metí en chismes a tu familia, que ya por tradición, acampa entre las vallas de metal para entrar primero y salir con los cochecitos de compra llenos de artículos maltrechos, con tal de ganar 5 minutos de fama en el noticiero de la mañana.
No mencioné nadita de nada que sonara a ironías ni burlas a ese significativo día que desafortunadamente muchos llaman “El Día del Pavo”.
Antes de que me preguntes: No almorzamos pavo para replicar la tradición de un país que nos desdeña, pero sí le dimos Gracias al Todopoderoso por las bendiciones que hemos recibido como individuos, como familia, como puertorriqueños, y como residentes temporeros de este planeta.
Relacionadas:
“Jueves del pavo y Viernes de luto” (2015)
http://blogs.elnuevodia.com/que-bueno-es-estar-vivo/2015/11/26/jueves-del-pavo-y-viernes-de-luto/
“Gracias por las rebajas, San Pavo” (2014)
http://blogs.elnuevodia.com/que-bueno-es-estar-vivo/2014/11/27/gracias-por-las-rebajas-san-pavo/
Al momento, estoy en proceso de sacar del buche de los Duendes de La Redacción las siguientes entradas:
“Pavo Negro (Black Turkey)” (2013); “GAD” (2012); y, “Des-graciado Pavo” (2011)