Quieres y Tienes
“Nunca dejes que las cosas que quieres, te hagan olvidar las cosas que tienes. Anónimo”
¡Atúquiti! ¡Bravo por Anónimo!
La frase que leí esta mañana me golpeó el alma. Me hizo sentir culpable de haber deseado –y comprado- tanta cosa que hoy reconozco como innecesaria. Automáticamente pensé en Toño, mi gran amigo y casi hermano. Aunque nos parecemos muchísimo, hay una gran diferencia: él es un comprador compulsivo a la enésima potencia, fanático de tener lo “último en la avenida”.
Yo no. Por eso hasta me acusa de querer acumular dinero como el tío Rico McPato; de ser conformista y pasada de moda. Eso de tener un carro del 2005 como el mío, es inadmisible para él.
Lo que no dice es que después de que su esposa e hijos hicieron un serrucho para comprarle el iPhone 5, leyó en internet que se estaba cocinando la versión 6, y lo pidió. Otro ejemplo: le habían regalado una iPad. Pues tan pronto salió la mini, se antojó de una. Por supuesto, ¡no le regalaron ni el 6, ni la mini!
Sabía que Toño iría “de tiendas” esta tarde para comprar “los regalitos de navidad”, y temí lo peor: que se estuviera comprando un auto-regalo que fuera a parar al garaje, como la bicicleta de ejercicios que usó de perchero en el cuarto. Hace casi un año compró una versión moderna que casi habla, y todavía no la ha sacado de la caja.
Pensando en las posibles compras de los modelos “adelantados” de todo lo que ya tiene, le envié un mensaje de texto a su iPhone 5: “No seas botarate. Nunca dejes que las cosas que quieres, te hagan olvidar las cosas que tienes”.
Me contestó “oka”. Hasta ahora, no sé si quiso decir que estoy “loka”, o si se trataba de un “okey” en español.
Sea cual fuera su interpretación de mi mensaje, espero que no se ofusque ante los letreros que anuncian artículos “acabados de llegar”. Estas fechas presentan muchas tentaciones para los toños de la Vida.