Los aplausos o las críticas al mensaje del Gobernador de Puerto Rico, Dr. Ricardo Rosselló Nevares, pudieran tener muchas defensas. No obstante, en vez de entrar en ese dilema me pregunto, ¿en qué sistema democrático una persona que obtuvo un 42% del favor del pueblo logra tener tanto poder? ¿Es eso democrático para el 58% restante que no le expresó su favor? ¿Se debe mantener un ordenamiento constitucional que permita que historias como estas se repitan?

Estas son solo algunas de las preguntas que me cruzan por la mente una y otra vez cuando escucho cómo se recurre al discurso de la democracia para validar cualquier decisión asumida por el actual gobierno. ¿Realmente hubo un mandato del pueblo para que se cumpliera con el “Plan para Puerto Rico”? ¿Ese resultado electoral se extiende a asuntos tales como la WhiteFishización del sistema de educación público del país? Y sí, utilizo el término WhiteFishización porque es evidente que ni las garantías mínimas de debido proceso a la hora de otorgar contratos puede garantizar el actual gobierno.

Me hago estas preguntas porque supongo que en varios años van a tratar de convencernos que fuimos responsables de la “nueva crisis” de la época. Dirán que la “nueva crisis” fue culpa de nosotras y nosotros que permitimos que unos irresponsables nos gobernaran. Tal vez mi atrofiada forma de pensar me lleve a concluir, “Pero es que no lo permitimos. De hecho, mayoritariamente fueron no electos. ¿Cómo van a decir que nosotros validamos esas políticas públicas?

Cada vez se hace más presente el colapso del sistema político que tenemos. En fin, la WhiteFishización  de la democracia en Puerto Rico se pueden resumir en una Junta de Control Fiscal; una deuda impagable; una incapacidad en el “liderato” de confianza hasta para coordinar que le pongan luz al país; un proceso de otorgación de contratos donde hasta los que instalan cuadros telefónicos cobran millones de dólares para las campañas políticas; el desarrollo de políticas públicas sin consultar a personas conocedoras de los temas. Todo esto con el bálsamo de que “descubrieron” que la colonia se resumía decir que éramos Estado, éramos Libres y éramos Asociados… aunque no fuésemos nada de eso.