Que no nos detengan los vientos
Es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar lo vivido la pasada semana, cuando llegamos a unas montañas a mil trecientos pies sobre el nivel del mar en la vecina República Dominicana. No puedo negar el temor que me invadió mientras subíamos aquella loma que parecía no tener final. Allí llegamos con el propósito de compartir la vida y los talleres de desarrollo humano que ofrecemos, con los campesinos en la misión de promoción humana y espiritual que la Diócesis … Ver más ➡