Jayuya
Un huracán puede destruir casas, edificios y puentes de Puerto Rico, así como dejarnos sin electricidad y agua pero, no puede borrar de nuestra historia la gesta patriótica de cientos de puertorriqueños que un 30 de octubre de 1950 luchando por su libertad lograron izar la bandera mono estrellada por los cielos de Jayuya proclamando ser una nación libre y soberana.
Si el Grito de Lares fue un desafío al imperio español el de Jayuya fue una declaración de guerra a los Estados Unidos por el ejército de los nacionalistas boricuas capitaneados por don Pedro Albizu Campos.
Lo hicieron por una cuestión de principios. En un derroche de dignidad nuestros nacionalistas optaron por la lucha armada en contra de la oficialidad del imperio anglosajón que desde el 1898 se había posesionado de la isla imponiéndole a sus habitantes un régimen colonial.
Cuando en 1948 Luis Muñoz Marin eliminó la INDEPENDENCIA como alternativa de status en el programa del Partido Popular Democrático, fueron muchos los independentistas que se sintieron traicionados. Embriagado por el apabullante triunfo electoral del 1944 y ahora como candidato a la gobernación. Muñoz Marín ya tenía pensado un proyecto autonomista que culminaría con un Estado Libre Asociado que disfrazaba engañosamente la persistente condición colonial de Puerto Rico.
Esa decisión del Caudillo lo convirtió en un enemigo de los movimientos libertadores y fue el detonante para la radicalización de la lucha que inspiraba Pedro Albizu Campos. Ya como gobernador de Puerto Rico en 1950 Muñoz Marín seria blanco de un atentado contra su vida por un comando nacionalista que fuera acribillado por las fuerzas policiacas insulares en el patio de LA FORTALEZA.
Poco duro esta guerra desigual pero no sin que antes, la patriota Blanca Canales izara la bandera mono estrellada en los cielos de Jayuya donde cantidad de héroes boricuas dieron sus vidas por la libertad.
Como se anticipara el Partido Popular barrio en las elecciones generales de 1948, lo que hubiera pasado aun si ese partido hubiera mantenido en su agenda programática la INDEPENDENCIA de Puerto Rico. Y eso lo sabía Muñoz Marín, pero ya para el 1952 se establecía el Estado Libre Asociado.
Curiosamente, no obstante, la violencia que desatara el independentismo en 1950, el Partido Independentista (PIP) obtuvo un honroso 19% de los votos en los comicios de 1952 constituyéndose en el segundo partido de fuerza electoral en el país. Pero en los años siguientes los populares en concubinato con los federales, combatieron las fuerzas nacionalistas imponiendo, para empezar, la abominable Ley de La Mordaza en el 1953. Acribillada así la conciencia nacional puertorriqueña se dio paso a conceptos antagónicos como el de la Unión Permanente y se fomentó la glorificación de una ciudadanía ‘americana’ de segunda clase que en cuestión de dos décadas culminó en el triunfo de un partido estadoista (PNP) en 1968.
Y hoy en el 2017, destruidos por el huracán María, no podemos olvidar que, en junio del 2016, con la firma de la Ley Promesa por Barack Obama se confirmaba de forma humillante la condición colonial de Puerto Rico. Una Junta de Control Fiscal nos gobierna anti democráticamente y esa catástrofe política no puede olvidarse una vez hayamos sobrevivido la que nos impuso el huracán María.
El colonialismo es un crimen y nada que hagamos para ‘levantarnos’ de la crisis humanitaria que sufrimos debe conducirnos a la humillante condición colonial que sufrimos ANTES de María.
Por eso recordar y honrar la gesta libertadora de Jayuya debe inspirarnos para hacer un nuevo Puerto Rico como nación libre y soberana. No podemos aceptar nada menos que eso.