No será fácil desbancar a Trump
Cada vez que a Donald Trump se le acorrala con miras a sacarlo de su silla presidencial el mandatario que ha dominado las noticias por casi dos años se saca un as de la manga para, en alguna medida, rehacer su liderato mundialista.
No fue coincidencia que Trump planificara una visita al oriente medio justo cuando se le vienen encima tormentas domésticas, especialmente la que protagoniza James Comey a quien despidiera de forma grosera y fulminante como director del FBI.
Demostrando una confianza extraordinaria para convencer con su palabra, Trump se disparó un brillante discurso en Arabia Saudita donde, además, cerró un negocio de venderle armas a los sauditas por billones de dólares puntualizando su proyecto de crear más empleos para la fuerza laboral de su querida América.
Dondequiera que a Donald Trump le provean un escenario para hablar y no importa cuál sea el auditorio y su audiencia, el presidente hará galas de su oratoria que, distinta a la retórica académica de Barack Obama, subraya más el propósito de convencer que el de educar. Y lo vimos luego en Israel donde visitó los lugares sagrados de los judíos con una solemnidad impresionante. Y como Trump lo mismo lee lo que le importa como lo que no le importa porque es un actor consumado, engaña a los que no dudan de su sinceridad.
Comprenderán que un individuo capaz de decir cualquier cosa en cualquier momento aprovechando sus habilidades histriónicas, no será nunca fácil de entrampar.
Para Trump no hay escenario ni audiencia al que le tema. En inglés el calificativo de ‘fearless’ lo describe perfectamente. Por eso, luego de haber dicho que “muslims hate us”, se mete en la cueva de los Saudi donde expone su tésis de combatir el ‘islamismo extremista’. Algo que Obama nunca se atrevió identificar. Y los Sauditas lo aplaudieron.
Mientras en su querida América lo están quemando por sus errores y ex abruptos, Trump se esmera en realzar su figura como líder mundialista y lo está logrando. Y ahora va para Europa que es un ‘fly al pitcher’ si lo comparamos con el oriente medio.
No duden que se trata de un comunicador excelente que se concentra en hablar y decirle a la gente lo que quieren oír. Como gozaron los israelíes cuando les dijo que “Iran should never have nuclear weapons”.
Es cierto que tarde o temprano tendrá que reconciliarse con la verdad y que el testimonio de James Comey ante una comisión investigativa del senado podría llevarlo hasta el precipicio del residenciamento (impeachment). Pero no subestimen su capacidad y la posibilidad de que, para, desde una tribuna y con un micrófono en mano, Mr. Donald Trump se les escabulle.