Estrategia de especulaciones
En la última columna de los Catalejos de Benjamín Morales, el compañero hace un boceto excelente de lo que representa Donald Trump y de lo que es, pero más interesante aún define la estrategia política que lo ha llevado a la presidencia de los Estados Unidos.
Morales la llama “estrategia de especulaciones” que consiste en mantener un mensaje ambiguo que le propicia cantidad de alternativas para mantener en suspenso al electorado y aprovechar los temas que pudieran captar su atención, tanto por lo interesante como por el impacto que pueda tener en la conciencia de la sociedad ‘americana’.
En ese mundo de las especulaciones caben las mentiras y las medias verdades, así como las propuestas y proyectos fantasiosos que se le puedan ocurrir al presidente Trump.
Esa estrategia le permite a Trump escoger los temas a desarrollarse y en los escenarios que mejor le convenga. Porque no hay duda que una vez montado en tribuna, el presidente confunde, cautiva y convence a su audiencia.
Lo que no estaba en los planes de Mr. Trump, y que ya yo lo había anticipado en un blog anterior, era la culminación de la campaña de los senadores McCain y Graham en señalar la antipática y peligrosa vinculación de Trump con Rusia. Lo que también ha producido la posible renuncia de su Attorney General, Jeff Sessions. Todo esto conducente a confirmar la intervención de Putin y su ganga en las elecciones del 2016. Y nos parece ver la cabuya de Trump yéndose ajuste porque los vemos seriamente preocupado porque le puedan imputar el delito de traición al gobierno de los Estados Unidos.
Es por esa ruta y solamente por ella que la élite republicana, que siempre ha repudiado las actuaciones del billonario, podrían iniciar un procedimiento de ”impeachment” y lograr su destitución como Comandante en Jefe del Imperio Norteamericano. Esa renuncia de Sessions obligaría a Trump a prescindir de uno de sus más fieles lugartenientes en un gabinete a punto de tambalearse.
Sabemos que el león está herido y lo demuestran sus ripostas violentas contra Barack Obama, siendo la última de ellas el acusarlo de alambrar ‘sus oficinas en el Trump Tower’.
Nada que el ‘asunto ruso’ como le llama Benjamín en su Catalejo podría significar el Waterloo de este moderno Napoleón.