Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos, una imputación que no necesita argumentarse puesto que el gobierno de Washington: en lo jurídico, en el ejecutivo y en lo legislativo han admitido que Puerto Rico nunca ha dejado de ser un territorio, o sea: su pertenencia, desde que invadieron la Isla en 1898.

Ninguna nación tiene el derecho de poseer a otra.

Por haber luchado por la libertad de su patria, el pepiniano Oscar López Rivera lleva 35 años en una prisión federal sin que se le hubiera acusado por una muerte en su lucha. Este hombre, galardonado como militar en uniforme yanki, es símbolo de la injusticia, o sea, del abuso que ejerce el imperio sobre la colonia, abuso que se magnifica con la imposición de una junta federal de control fiscal nombrada por Estados Unidos. Serán siete personas que usurparán los derechos de mandar en nuestra tierra sin mediar el voto de los puertorriqueños. ¡Qué vergüenza!

Ahora no se trata de degradar los bonos de Puerto Rico en Wall Street, eso es solo dinero, ahora se trata de la degradación del puertorriqueño, de su nacionalidad. Se le viola su dignidad. Y así, se le hunde a nivel de delincuente, de paria, de algo que no sirve. No puede haber agresión más anti democrática a la persona y a una nación. Y ante un atropello de tal magnitud no hay otra contesta que: LA RESISTENCIA.

Los Estados Unidos se equivocan al desentenderse de su responsabilidad en la deuda billonaria de su colonia y multiplican su error al prácticamente desmantelar su gobierno sustituyéndolo por una junta compuesta por personas que gobernarán por decreto y a espaldas de la voluntad democrática del Pueblo de Puerto Rico. Con esta agresión política traicionan abiertamente los principios de Libertad y Democracia que pretenden defender y promulgar por todo el planeta. ¿Con qué cara Obama hablaría en todas sus presentaciones ante mandatarios de países que rechazan el coloniaje?

La resistencia se dará en las calles como se ha visto con la protesta en los predios federales y también en las instituciones que responden a la voluntad de nuestro pueblo empezando por las cámaras legislativas y nuestro gobernador. Nada legítimo impide que nuestros legisladores, electos por los puertorriqueños, aprueben una ley que impugne la autoridad que, anti democráticamente, se le quiere otorgar a la junta fiscal de control fiscal. Y nada impide que el gobernador Alejandro García Padilla la firme y defienda su mandato ante las Naciones Unidas y el Tribunal de La Haya. Eso es resistir.

Colaborar con la junta de control es traicionar la patria. No lo dude.

Pensar que los Estados Unidos de América, la nación más rica y poderosa del mundo, arriesga su prestigio, credibilidad y fuerza moral para fungir de cobrador de una deuda a bonistas ‘americanos’ simplemente NO TIENE SENTIDO.

¿Cómo van a justificar, primero el crimen del coloniaje con Puerto Rico y segundo la más flagrante y abusiva agresión anti democrática de desmantelar el gobierno insular?

Nada más le faltaba a Barack Obama para culminar ocho años de una presidencia decepcionante.

Porque tampoco se engañen con Obama. La culpa por la convulsión social que sufre la América de Donald Trump la tiene en buena medida este pseudo demócrata.

Por eso invito a los boricuas a resistir y luchar por el derecho de auto determinarnos, derecho que nunca han reconocido los abusadores de Washington.

Y tomen nota los que ven en la Estadidad la resolución de nuestros problemas. Estados Unidos se encuentra seriamente dividido por fuerzas antagónicas que van desde el racismo hasta la desigualdad galopante de su gente. La violencia es la orden del día en una nación donde se discrimina precisamente en contra de los hispanos y diariamente es escenario de crímenes en masa como no ocurre en país alguno. Y ni pensar en lo que ocurriría de ganar Donald Trump la presidencia de esa nación.

Y a los que solo ven en la deuda un asunto de sumar y restar dólares y centavos cierro con el más poderoso de los argumentos por LA RESISTENCIA

LA DIGNIDAD INDIVIDUAL Y COLECTIVA NO TIENE PRECIO.