Escuadrón del pánico
Por primera vez he seguido muy de cerca las primarias de los dos partidos principales de los Estados Unidos.
¿Porqué?
Pues se trata simplemente de Donald Trump. Su candidatura parecía un exabrupto de Los Tres Chiflados. Y me quedé ‘pegao’ para verlo desaparecer como un espejismo de pura chifladura. Me esperaban sorpresas porque no contaba con el enorme disgusto, coraje, rabia y hasta odio que buena parte de la sociedad ‘americana’ sentía hacia el gobierno de Barack Obama. Trump optó por hacerse eco de ese resentimiento que surgía de desigualdades económico – sociales matizadas de fuertes sentimientos de prejuicio racial.
Y ahí lo tenemos.
¿Se merecen los Estados Unidos a un Trump como presidente? Quizás, pero este troglodita no es solamente un problema para su nación, sino que al mando de tanta riqueza y poder podría convertirse en una amenaza para la humanidad. El fenómeno de Donald Trump surge como reacción (‘backlash’) a la presidencia fallida de un intelectual como Obama que pasará a la historia como una promesa incumplida.
Por eso, en New Hampshire, cuando alinearon siete de ellos en el escenario para debatir vino a mi recuerdo del Escuadrón del Pánico de los Yankees en 1927. O sea, cualquiera de ellos es capaz de ‘botar la pelota’ por sobre todas verjas en el peor sentido de la metáfora. Contrario a Obama TODOS quieren hacer algo y prometen acción tan pronto se acomoden en la Casa Blanca. Ese ‘hacer algo’ para devolverle a América su GRANDEZA incluye desde eliminar todas las medidas ‘socialistas’ de Obama, en especial el OBAMACARE, hasta bombardear a Irán, invadir a Siria y acabar con ISIS como lo describe el derechista Ted Cruz “Hunt them and kill them”.
A tiro limpio.
¿Habrá uno que sirva? Ted Cruz ganó en Iowa y Trump lo acusó de robarse la votación porque el cubano hizo correr el rumor de que Carson se retiraría sabiendo que esos votos serían para él. ¡Qué fino! Pues lo cogieron en la trampa y cuando quiso culpar a CNN, la Cadena lo negó y tuvo que disculparse con Carson públicamente no sin antes sufrir el desprestigio de su listerismo político.
Marco Rubio es otro cubano-americano que busca la presidencia. Tiene en su contra su juventud, falta de experiencia administrativa y que lleva el sello del Tea Party. Casi ná. Jeb Bush parece el más cuerdo de este escuadrón y su comportamiento caballeroso contrasta con el de la mayoría de sus adversarios, pero el apellido le pesa una tonelada. Christie argumenta bien, pero cae mal y el gobernador de Ohio, Kassich, no puede ganar, pero se entretiene diciendo lo que piensa y siente.
Ante el peligro de ese ‘line up’ republicano, medio mundo espera ansioso que los demócratas se queden en Casa Blanca. Y por ahí humean Hillary Clinton y Bernie Sanders. A Hillary la sostiene su apellido aunque votó por la invasión de Irak y carga con otros pecadillos que incluyen su identificación con los mogules del Capital en Wall Street.
Sanders tiene como punta de lanza sus ideas y diariamente condena las desigualdades económicas que hacen de los Estados Unidos una sociedad INJUSTA. A los 74 años el mensaje de Sanders sorpresivamente ha cautivado el interés y entusiasmo de la juventud en su país.
¿Podría ganar?
En este escenario yo diría que cualquier republicano que ganara en noviembre del 2016 significaría llevar a los Estados Unidos a transitar muy cerca del precipicio de otra guerra en varios frentes. Para nosotros, Puerto Rico, la única alternativa positiva sería el triunfo de Sanders pero aún así incluyo el asterisco de que los Estados Unidos de América hace tiempo dejó de interesarle su colonia en el Caribe.