UNA TERCERA GUERRA MUNDIAL
Los libros de historia a mediados del siglo 21 señalarán la invasión de Irak por los Estados Unidos en marzo del 2003 como el inicio de la tercera guerra mundial, de la misma manera en que fue el asesinato del Archiduque Ferdinand de Austria el comienzo de la primera.
Si al monstruo de Adolfo Hitler puede atribuírsele la causa de la segunda, acelerada por rencores y rencillas imperiales y antagonismos ideológicos irreconciliables, hay que ver como se combinan el fenómeno económico de la globalización y el prejuicio racial y religioso para propiciar desigualdades muy extremas, tanto en lo económico como en lo social, como para acentuar la injusticia en este mundo del siglo 21 y así generar algo que se identifica como el Estado Islámico (ISIS o ISIL).
Algunos podrían argumentar que esta guerra comenzó el 11 de septiembre del 2001, pero la verdad es que fue la reacción violenta de Bush al culpar a quienes no fueron los autores del crimen y al proceder a invadir a Irak. Eso fue lo que abrió la ‘caja de Pandora’ en la que Saddam Hussein mantenía encerrados los demonios de un fanatismo religioso tan descontrolado como antagónico y peligroso. Para colmo de males, la codicia de las multinacionales, fogueada por el petróleo insistían en una PAZ AMERICANA en Irak y para todo el oriente medio ignorando que la mera presencia de tropas extranjeras en suelo iraquí o afgano ofendía el credo religioso de estas naciones.
Vaya usted a saber los miles de musulmanes, militares y civiles, que fueron víctimas de la poderosa fuerza bélica coalicionista liderada por los pupilos de Bush, Rumsfeld y Cheney. El Islam no ha olvidado eso como no ha perdonado la muerte de Hussein, Bin Laden y más recientemente la del libio Gaddafi. Todo ese rencor y puro odio alimenta la venganza concentrada en el ejército del Estado Islámico (ISIS) que ahora es el campeón de la riposta a esas agresiones con la barbarie de guillotinar a inocentes y a acabar con todo lo que le huela a occidente y sus códigos materialistas y hedonistas.
En estos precisos momentos en que escribo me parece obvio que el presidente Barack Obama NO SABE QUÉ HACER. Lo de Ucrania es un entrometimiento que le ha salido caro porque Putin lo mantiene fuera de balance y le hace ver que no lo respeta. Hay que recordar que Ucrania fue, por más de setenta años PARTE de la Unión Soviética y el ruso se habla allí por un tubo y siete llaves. Digo esto porque comparar lo que hace Putin en Ucrania con lo que hizo Hitler en Checoslovakia en 1938 es un disparate aunque lo diga Aristóteles.
La tercera guerra mundial no se peleará como las primeras dos (salvándonos de la locura de que utilicen armas nucleares) porque responderá a causas moralistas y religiosas. ISIS no es otra cosa que el revanchismo in extremis de una gente de países que han sufrido por siglos la explotación de las civilizaciones occidentales y su capitalismo salvaje propiciando una pobreza material que da pena. Se abrazan así estos ‘condenados de la tierra’ al credo de Mahoma y lo convierten en un islamismo combativo que pudiera socavar los cimientos de esas sociedades que ellos consideran amorales.
Pero hay un gran ‘pero’ en todo esto: ¿Cómo explicar el exhibicionismo de crueldad en los crímenes perpetrados por quienes se abrogan el derecho de representar un movimiento religioso y moralista como el Islam?
Se trata de puro terror.
Sin embargo, sería lógico calificar la táctica como contra producente eso de aterrorizar a media humanidad cuando a la vez se pretende sumar gente a su causa y a la vez expandir sus áreas de influencia y control como en el caso de Libia donde el derrocamiento del dictador Gaddafi ha dejado un vacío de liderato y un desconcierto gubernamental parecido al que ocurriera en Irak.
Y por último; por ahora: ¿Dónde está ISIS? Pues, a primera vista: en su ejército que ahora mismo avanza por territorio iraquí en plan de conquista, pero también en lontananza podemos identificarlos dondequiera que pueda plantarse la semilla de la subversión para allí forjar células terroristas ¿Qué pretenden? Crecer y multiplicarse para acabar con la hegemonía política, económica y militar de los Estados Unidos de América y sus satélites.
Casi na’. De eso se trata la tercera Guerra Mundial y es prioridad acabarla ya: AHORA.