Las fiestas de la Calle San Sebastián nada tienen que vercon el mártir del  cristianismo abatido aflechazos por los romanos y quien, al sobre vivir ese castigo, fue finalmenteasesinado cuando, cuestionado por el emperador Maximiano sobre su apostolado, optarapor seguir a Jesucristo en vez de al Imperio. Asi acabó su vida en el año 288.

Esta justificación religiosa que conmemora el 20 de enerocomo la fecha en que naciera este santo del catolicismo  hace tiempo ha quedado en el olvido pues lomenos que se hace en las fiestas, ahora llamadas de Sanse, es rezar.

Don Ricardo Alegría, eterno custodio de nuestrastradiciones y folclor aludía a la importancia de las fiestas de la Calle SanSebastián como una gran feria de artesanías insistiendo en su valor cultural.En fin: cultura, tradición e historia.

Las SANSE se han convertido en un homenaje espectacularal paganismo representado por la figura mítica del Dios Baco que santificaba el vino, la locura ritual y el éxtasis siendo identificado en la mitología griega clásica como Dioniso. No debeextrañarnos el que a un Bacanal el diccionario de la lengua española lodescriba como , y cito “ orgía con mucho desorden y tumulto”.

Este asunto del alcohol y los efectos que tiene sobre lapersonalidad de quienes lo ingieren en cantidades exageradas fundamentan eseperegrinaje de jóvenes y muchos adultos también al viejo San Juan,formándose  un  vacilón boricua que ‘manda madre’ . Esto paratormento de los residentes de esa calle de San Sebastián y las aledañas.

Muy presente tenía Carmen Yulín Cruz  esa tormenta tropical que pasaría por sus predios de jueves a domingo y temerosa dela violencia  que podría generar decidiótomar precauciones que rayaron en la histeria.   Sinencomendarse a criterio alguno que no fuera el propio, la alcaldesa pretendió  imponer reglas, verjasy vallas que pudieran, en alguna medida, garantizar la seguridad de losvisitantes. Se equivocó. 

Y no se equivocó solo porque su mandato violaba underecho constitucional, sino por el más elemental de los principios deurbanidad. Uno no invita a festejar en su casa a quienes  va a importunar con la molestia de sercateadas y restringidas en cuanto adonde y por donde pueden transitar.  Mejor suspenda la fiesta. 

No obstante, culparla al extremo de calificarla defascista es una exageración de corte político. Comprendamos que ella responde aun sentido de responsabilidad inherente a su cargo. Carmen Yulín no puededesentenderse del mal que pueda provocar una actividad en San Juan en la que mucha gente se reunirá en pocoespacio dando rienda suelta a emociones estimuladas por, precisamente,estimulantes de todas clases y colores.

Pero el cateo de visitantes  y cualquier restricción a su libertad dehacer y comportarse sin ofender a su prójimo no puede hacerse una ordenanza sinque quede desvirtuado el gran propósito de la festividad.

El consumo desmesurado de bebidas alcohólicas es unproblema serio en nuestra sociedad y no vayan a creer que se debe a razonesclimatológicas o étnicas. Hay que ver y lamentar la propaganda que desarrollanlas empresas licoreras, particularmente dirigidas a los jóvenes , estableciendouna relación directa entre el beber y la hombría. Alcanzar la consabida ‘nota’nada tiene que ver con el canto o el cornetín.

Recuerdo una reunión de padres,  maestros y estudiantes de una escuela superior, privada por cierto, en la que sediscutía la reglamentación que prohibía la venta y consumo de licor en suSenior Prom y en la que las autoridades escolares cedieron ante elplanteamiento estudiantil de que sin ‘bebidas’ no valía la pena celebrar elbaile.

Los invito a leer el reportaje online en ELNUEVODIA.COM titulado: Dos tragos y medio al día aceleran la pérdidade memoria.

En su párrafo final encontramos lo siguiente: “valeanotar que el alcohol es un depresor del sistema nervioso que lentifica susfunciones”.

Pero nadie identifico mejor el problema que el genio musical de Pedro Flores con su famosaguaracha: BORRACHO NO VALE.