La crisis constitucional en Estados Unidos
En los albores del siglo XX y bajo el liderato del presidente William McKinley la joven aun democracia de los Estados Unidos de América decidió vulnerar los principios constitucionales que la hacían una nación democrática para convertirse en un imperio capaz de invadir y poseer territorios, tanto en el Mar Caribe como en el lejano Océano Pacífico.
Para ajustarse a sus nuevas ambiciones y responsabilidades, Washington legisló una Cláusula Territorial para incluirse en su constitución y que le permitiere hacer como imperio lo que no podía hacer como democracia constitucional. Siendo así porque la constitución de una Nación, cosa que la hace de jure y de facto democrática, no permite que se incluye en sus mandamientos una cláusula que discrimine entre ciudadanos constituyentes por sus derechos.
Y ese es el caso de ciudadanos como los de Samoa y la ciudadanía americana de segunda clase que se le otorgó a los puertorriqueños en la Ley Jones de 1917. Ley que es a todas luces inconstitucional.
En junio de 2016 el presidente Barack Obama, abusando de su poder y a sabiendas firma la Ley Promesa con un texto obviamente inconstitucional culminando así un cuatrienio de atropellos en contra de los boricuas.
Las democracias no son imperios y por eso no pueden poseer naciones ni territorios, como el caso de los Estados Unidos que mediante la Cláusula Territorial posee a Puerto Rico.
Los Estados Unidos de América se constituyeron en una democracia constitucional en los terminales del siglo 18. Y el sólo hecho de proyectarse como un gobierno CONSTITUCIONAL le imponía unas limitaciones siendo una de ellas la de poseer otras naciones o territorios. Porque cualquier gobierno de tipo constitucional tiene que evitar el discriminar sobre el derecho de sus constituyentes, tal y como hace la Cláusula Territorial de la constitución ‘americana’. Y eso la convierte en un ‘non sequitur’ en derecho porque antagoniza con el concepto mismo que define un gobierno DEMOCRÁTICO. Y si vamos directamente a la raíz misma de esta crisis jurídica veríamos que es la CLÁUSULA TERRITORIAL del US Constitution la que vicia todo el carácter constitucionalista y democrático de los Estados Unidos que en negación de su propia definición decidió, en el 1900 convertirse en un IMPERIO COMO SI FUERA La Gran Bretaña.
Y es por eso que el primer paso hacia la libertad en nuestro Puerto Rico es renunciar a la ciudadanía americana que inconstitucionalmente se nos impone en 1917 con el propósito de que jamás pudiéramos reivindicar la ciudadanía puertorriqueña como ciudadanos de Puerto Rico. Nos basta y nos sobra con ser puertorriqueños.