Hay Oro en el Turismo
¿Qué tiene Puerto Rico que pocas naciones en el mundo tienen?
Disfrutamos un clima agradable los 365 días del año. Mucho sol y el abanico de una brisa que nos refresca y unas playas que son la maravilla de las islas en el Caribe. El archipiélago incluía los paraísos tropicales de Vieques y Culebra, pero nuestro gobierno colonial decidió entregárselo a la Marina de Guerra de los Estados Unidos que en unos 70 años de maniobras militares dañaron gran parte de su belleza y riqueza ambiental. Se daban así en el corazón del trópico caribeño todos los elementos que garantizan el éxito de una economía basada en un Turismo bien complementado por una infraestructura eficiente y una gente inteligente y trabajadora.
Estas ideas las desarrollaba yo en un panfleto escrito en 1969 cuando como vanguardista instaba a Muñoz Marín y al Partido Popular a desarrollar el turismo como base de una economía fuerte y sostenible. Luego insistí en la construcción de un Tren que circunvalara la isla propiciando al visitante la facilidad de moverse por todo un territorio con hospederías para todos los gustos y a precios competitivos con los demás parajes turísticos en el Caribe.
El Partido Popular, luego de arrendarle las islas de Vieques y Culebra al US Navy decidió eliminar el tren que todavía para el 1952 daba servicio de transportación de San Juan a Mayagüez. Liquidar el ferrocarril en 1953 fue entregarle a las General Motors y a la Texaco el filete de la transportación en Puerto Rico. Un grave error de juicio de Muñoz Marín y su grupo de asesores que vieron en Manos a la Obra y la supuesta panacea de las 936 y las exenciones contributivas, nuestra redención económica.
Fue precisamente en 1948 cuando Muñoz Marín aspiraba a otro triunfo electoral que le significaría la gobernación de Puerto Rico que decidió ELIMINAR del programa de su partido el ideal de la Independencia. Lo hizo para asegurar otra victoria en las urnas cuando nadie dudaba que El Vate ganaría comoquiera. Y así el líder de los puertorriqueños traicionó su ideal para condenar a su gente a la eterna dependencia que es el coloniaje.
Un Puerto Rico libre y soberano pudo haber rescatado las bellezas de Vieques y Culebra y pudo haber desarrollado un turismo vigoroso que ayudara grandemente a mantener una economía fuerte y duradera. Nada de eso se hizo y al cabo de unos 60 años el cáncer del colonialismo acabo con la gran mentira y fraude que fuera el Estado Libre Asociado. Fue en ese proceso de adelantar el coloniaje que se propició una dependencia con Estados Unidos que poco a poco fue acribillando la conciencia nacional y la autoestima de los puertorriqueños al extremo que se fortaleció sobre manera el movimiento anexionista, una quimera que ahora mismo sufre su peor crisis de popularidad.
El ultraje que representa para Puerto Rico la Junta de Control Fiscal no tiene precedentes en nuestra historia. Estados Unidos se ha pasado décadas promoviendo la tesis de la libertad y lo que se ha conocido como ‘Nation Building’. Pero se ha olvidado de su colonia en el Mar Caribe.
A nosotros nos han destruido moral y económicamente y de paso negándonos cualquier tipo de ayuda que pueda culminar en una República de Puerto Rico exitosa en vez de un reguerete de gentes bajo el yugo de una clausula territorial; yugo que se disfraza con una ciudadanía de pacotilla que muy poco nos sirve que no sea para exiliarnos de nuestra Patria.
¿No les da vergüenza? (a ellos y a nosotros)
Y siguen escribiéndose biografías sobre próceres del coloniaje y sus hazañas administrativas mientras Puerto Rico vive su peor momento en su historia; esa historia que nos relata cómo estos próceres CALLARON y fueron con su silencio e inacción cómplices de Washington en los abusos que cometieron contra nuestra gente.
Todavía estamos a tiempo para aprovechar el oro del turismo siempre y cuando tengamos el valor de hacernos un Pueblo libre y soberano que viva y trabaje para el progreso y la felicidad de todos los puertorriqueños. Y eso incluye la dignidad de una ciudadanía puertorriqueña y un pasaporte que reivindique nuestra nacionalidad.