Acabo de leer un resumen sobre un conversatorio que hubo para discutir el tema de la ciudadanía “americana” del puertorriqueño.

Todo comenzó con la pregunta: ¿Pierden los puertorriqueños la ciudadanía estadounidense si Puerto Rico se convierte en un país soberano?

La respuesta es no. (Dijo el conferenciante)

Y sigue la noticia: “Ayer el historiador Charles Venator Santiago disertó sobre la raíz constitucional de la ciudadanía durante la charla. Ciudadanía: ¿permanente o rescindible?

Veamos de que se trata.

Lo primero a decirse es que el 3 de marzo de 1917 un millón de puertorriqueños que supuestamente amanecieron ciudadanos “americanos” no recibieron tal cosa. Mentira. Esa ciudadanía que se les otorgaba NO era igual a la ciudadanía que definía la Constitución de los Estados Unidos y de la cual disfrutaban los ciudadanos de la Unión Federal. Por ahí empiezo a impugnar la llamada CONSTITUCIONALIDAD de esa ciudadanía “americana”.

O sea, la ciudadanía “americana” que otorgaba la Ley Jones a los puertorriqueños no tenía NADA de constitucional. Y si viéramos toda esa tramoya a la luz de la enmienda 14 diríamos que la misma Ley Jones violaba el US Constitution. Quiere decir esto Mr. Venator que la ciudadanía “americana” de los puertorriqueños NO TIENE NINGUNA RAÍZ CONSTITUCIONAL.

Nada más con ese testigo. Pero sigamos.

La idolatría que sienten los puertorriqueños colonizados y desnacionalizados por la ciudadanía estadounidense se debe a que la consideran un pase de entrada a los Estados Unidos desconociendo el hecho de que cualquier puertorriqueño residente de un territorio de los Estados Unidos puede viajar para allá y volver para acá cuando quiera y cuantas veces quiera.

Lo único que PREMIA esa ciudadanía es el EXILIO. Los que atesoran esa ciudadanía “americana” pueden disfrutar de sus plenos derechos ciudadanos siempre y cuando se MUDEN para un estado de la Unión ya que, entonces, podrían votar por el presidente de la nación de la cual serian, por fin, ciudadanos de verdad y no meramente de pacotilla. Muy alto el precio a pagar por una ciudadanía extranjera. Nada menos que el sufrimiento de tener que abandonar su patria.

¿Podría perderse esa ciudadanía “americana” que les otorgaron a los puertorriqueños en 1917? Eso sería tema para otro blog.

Por ahora deben conformarse con la ciudanía del desnacionalizado.