Sociedad enferma
Estados Unidos es una sociedad ENFERMA.
Tomen nota los anexionistas puertorriqueños y otros muchos que atesoran la CIUDADANÍA AMERICANA. Esa de segunda clase que es un enchape jurídico y un estigma de INFERIORIDAD.
Faltaba un botón de muestra, uno de carne y hueso y apareció el billonario Donald Trump como prueba de que el Capitalismo, al propiciar la competencia libre y salvaje, estimula la codicia por los bienes materiales y el dinero, dificultando la panacea de la solidaridad, esa que propicia las mejores relaciones humanas y por ende la paz. Trump es un ‘ugly american’ que no respeta las nacionalidades y culturas ajenas.
Los dueños del capital han convertido los conceptos de democracia y libre empresa en un manto bajo el cual esconden sus propósitos egoístas. Estos mogules con sede en Wall Street, al poseer un súper por ciento de la riqueza del país ejercen un control férreo sobre la vida y hacienda de la gente pobre y de la llamada clase media. Si a eso usted le añade el virus del racismo lo que tenemos es una nación en convulsión social como se ha visto en la violencia verbal y física desatada en las primarias presidenciales republicanas
Donald Trump es la prueba fehaciente de como el capitalismo genera las desigualdades socio – económicas que dividen al pueblo americano. En ese país se educa para competir y poseer y no para ayudar y compartir Es un todo contra todos…
Viendo como decenas de miles de sus seguidores vitorean y aplauden a Trump en sus mítines reaccionando irracionalmente a su verborrea estúpida me confirma la gravedad del paciente que sufre su ignorancia y prejuicios raciales y religiosos.
Puerto Rico era una colonia de España cuando el ejército yanki nos invade en 1898 dando la impresión de que nos liberaba para hacernos un país democrático. La Ley Foraker les quitó a los puertorriqueños esas ilusiones y por 40 años fuimos víctimas de la más cruenta explotación colonial. Y en 1917 legislaron para endilgarnos una ciudadanía ‘americana’ de pacotilla con el propósito de evitar la validación jurídica de nuestra nacionalidad como CIUDADANOS PUERTORRIQUEÑOS. Aseguraban así la lealtad absoluta de los puertorriqueños al imperio y perpetuaban el coloniaje. Hasta el sol de hoy.
Tanto así que miles de puertorriqueños prefieren la ciudadanía ‘americana’ y el coloniaje a su nacionalidad puertorriqueña y la libertad.
Y así, a un pueblo pobre y analfabeta, se le hizo creer que esa ciudadanía ‘americana’ era una bonanza igualitaria cuando en realidad lo que hacía era aplicarnos un carimbo que perpetuaría para siempre la inferioridad del puertorriqueño ante quienes le negarían por siempre, no sola la libertad, sino cualquier variante política que nos igualara con los nacionales ‘americanos’.
Engañados por un liderato político totalitario y equivocado, nos humillamos al glorificar ese carimbo de una ciudadanía extranjera en la Constitución del Estado Libre Asociado nombre que en nada definía la realidad de nuestra condición política.
Y ese fraude lo hemos sufrido y soportado por más de sesenta años, pero por primera vez puedo percibir coraje e indignación en nuestro pueblo reaccionando al maltrato recibido por unos Estados Unidos que se niegan a ayudarnos superar una crisis económica de la cual ellos, como dueños de nuestras voluntades y recursos, son mayormente responsables a quienes detectan los máximos poderes les corresponden las máximas responsabilidades. Es así de simple, si el gobierno de Puerto Rico acepta el tutelaje de una Junta de Control Fiscal admitiendo así la incapacidad del puertorriqueño para gobernarse y de que por ende NO SERVIMOS NI VALEMOS, entonces nos podemos ir pa’l mismísimo…