¡Puerto Rico será una nación libre y soberana! Así lo manda el desarrollo de su cultura y civilización así como la capacidad de trabajo de su gente que los distingue como una de las más eficientes fuerzas laborales en las industrias y muy particularmente en las farmacéuticas.

Hace tiempo que la constitución del Estado Libre Asociado se ha considerado como un plagado de errores democráticos creando unos déficits que hacen de la relación política con los Estados Unidos una de pura inferioridad colonial. Derivada de la Ley Federal 600, la Constitución del ELA nunca significó un ejercicio legítimo del derecho a la autodeterminación.

Los próceres que así nos lo vendieron MINTIERON pública y descaradamente para lavar el rostro del imperialismo yanqui y así favorecer su hegemonía mundial en los albores de lo que se conocería como la Guerra Fría con el bloque soviético.

La verdad monda, lironda e histórica es que Puerto Rico NUNCA ha dejado de ser una posesión de los Estados Unidos de América desde que fuera invadido por sus militares el 25 de julio de 1898 y sigue siendo su COLONIA en el Caribe.

Todo esto se sabía muy bien desde la década del 1950 y nadie más entendido de esta situación que los hombres y mujeres que engañaron a los puertorriqueños haciéndolos creer que habían sido DESCOLONIZADOS y provocando que en las Naciones Unidas se le diera visos de legalidad a nivel mundial.

Este FRAUDE, por cierto perpetrado por los fundadores del ELA (no fueron los ‘americanos’ quienes engañaron a los puertorriqueños) fomentaron un desarrollo económico de la colonia por varias décadas mientras el colonialismo socavaba las conciencias nacionales al extremo de hacer ver que los puertorriqueños habían perdido la noción de su IDENTIDAD para mostrar un afán por integrarse a la Unión Federal como el Estado 51.

HOY TODA ESA PORQUERÍA POLITIQUERA HA SIDO EXPUESTA POR EL PROCURADOR

GENERAL DE LOS ESTADOS UNIDOS QUE DEFINE LA CONDICIÓN POLITICA DE PUERTO RICO COMO LA DE UN TERRITORIO SIN SOBERANIA DE CLASE ALGUNA Y SUJETA A LOS PODERES PLENARIOS DEL CONGRESO SEGUN SE DISPONE EN LA CLÁUSULA TERRITORIAL DEL U.S. CONSTITUTION.

Al someterse ahora la definición al Tribunal Supremo de los Estados Unidos, se espera una confirmación del argumento que da al traste con el ordenamiento jurídico que en el plano constitucional rige en Puerto Rico condenando el ultraje colonialista del Imperio y abriendo el camino para que la nación puertorriqueña se convierta en una República libre y soberana y con derecho a ser indemnizada económicamente por los daños y perjuicios de 117 años de un colonialismo explotador que nos tiene en una QUIEBRA asfixiante.

Lo de la ciudadanía americana del puertorriqueño requiere estudio y trato muy especial. El ‘regalo’ tenía el propósito de garantizar la LEALTAD de nuestro Pueblo a un imperio que estaba a las puertas de una Guerra Mundial (1917) pero los invasores se cuidaron de disminuir sus privilegios negándole el voto presidencial. Y ahora se propaga el mito de que nos sirve para entrar y salir de los Estados Unidos cuando desde 1903 el tribunal de Nueva York había determinado que la sola condición de colonizados le garantizaba la PROTECCION del poder imperial que incluía libre acceso del boricua a la metrópolis. Esta legislación que expone dos tipos de ciudadanía ‘americana’ pone en la mirilla la Ley Jones – Saffroth del 1917 para cuestionar su constitucionalidad (eso incluye lo dispuesto en las Leyes de Cabotaje).

Esto se comentaba entre los congresistas de aquel tiempo ya que no era compatible con sistemas democráticos constitucionales el que estos POSEYERAN territorios, táctica de expansión que se atribuía a los imperios como Gran Bretaña.

Decir que los puertorriqueños acogieron con beneplácito la ciudadanía ‘americana’ es otra mentira. Imagínense a cientos de miles de hombres y mujeres que ni siquiera podían leer y entender el inglés de su nueva carta constitucional. Es vergonzoso que haya puertorriqueños ilustrados en el derecho y la política que glorifiquen una ciudadanía extranjera que tuvo la consecuencia de DESNACIONALIZARNOS para con el tiempo convertirse en el estigma de la inferioridad colonial al negarnos la posibilidad de que seamos ciudadanos de nuestra NACIONALIDAD como se estila en el resto de la humanidad.

Tarde o temprano las mentiras traicionarían los propósitos mezquinos de los imperialistas y la codicia de quienes se han hecho de poder y riqueza apoyando el COLONIALISMO. Y se acabará cuando el Tribunal Supremo de los Estados Unidos haga valer en toda su amplitud constitucional y legal la soberanía de los Estados Unidos sobre el territorio de Puerto Rico y a su vez anule las bases de un ordenamiento jurídico FRAUDULENTO.

Habiendo superado las mentiras, el fraude, los abusos de la explotación colonial y sacrificios de vidas en guerras

Inútiles; sólo nos queda por vencer EL MIEDO A SER LIBRES.