Megalomanía
Megalomanía es una condición psicopatológica adjudicada a personas que experimentan un sentimiento de grandeza u omnipotencia. Y así se manifiesta en su conducta. Cuantos megalomaníacos no andan por ahí destilando arrogancia.
Aplicándolo a todo un pueblo, a una nación, es que puedo entender el comportamiento de Estados Unidos con el resto de la humanidad que ha visto y sentido como aquellas trece colonias de Inglaterra en el siglo 18 se han convertido en un imperio todopoderoso que presume ser el paradigma de excelencia en valores democráticos, riqueza y fuerza militar.
Es precisamente por eso que pretenden ser los líderes de un llamado Mundo Libre, una civilización occidental que ha hecho del capitalismo una doctrina que va a la par con la ética del cristianismo protestante que supervalora la libre empresa y sus colaterales democráticos que incluyen constituciones, leyes y la sacrosantidad del voto. Hace tiempo que esas pretensiones se han convertido en realidad y por eso los vemos por todo el planeta haciendo sentir y prevalecer su riqueza y su poderío militar. Y claro, su ejemplar American Way of Life.
Se despacharon con la cuchara grande en el siglo 20, pero en el 21 medio mundo se les ha rebelado, tanto ideológicamente como económica y militarmente. La Cuba de Fidel Castro exigió y mantuvo su soberanía al extremo de que, desafiando todas las presiones y amenazas de Washington hizo de su proyecto socialista una variante exitosa de organizar una sociedad haciendo de la educación punta de lanza que ha dado cátedra en la salud, la medicina y en el deporte. La influencia del proyecto de país cubano en el resto de la América Latina no se discute por ser obvio. Barack Obama por fin dio los pasos para reconocer el triunfo de la revolución cubana y la necesidad de establecer lazos de una convivencia pacífica. Como lo ha hecho con las variantes comunistas de China, Viet Nam, Corea del Norte y siga usted por ahí. Y duele pensar que todavía se quieren quedar con la base de Guantánamo dejando la palabra de Barack Obama en el fregadero.
Mientras los países latinoamericanos se han ido zafando del yugo norteamericano, el capitalismo yanqui cada vez sucumbe más a la codicia produciendo una sociedad que aumenta sus desigualdades económicas y sociales y, para colmo, convulsiona en un ambiente de discrimen racial como no lo había hecho desde mediados del siglo 20. Francamente, con un George Bush (43) presidiendo a los Estados Unidos por OCHO AÑOS, yo diría que poco le ha pasado a ese imperio. Y para quienes creíamos tener en Obama un Mesías, hemos sufrido la mayor de las decepciones. Para los puertorriqueños juzgar a Obama, con el botón de Oscar López Rivera nos basta.
¿Cómo explicar una sociedad ‘americana’ en que se llenan los parques de Grandes Ligas, NBA, Football – Y el Dow Jones rompe récords de solvencia – pero a la vez proliferan masacres en universidades y escuelas; policías blancos matando negros de todas las edades para culminar con la peligrosa amenaza de que un Donald Trump pueda llegar a ser presidente de los Estados Unidos? Una sociedad con el mayor número de presos en sus cárceles y con una población saturada por las drogas difícilmente puede presumir de excepcional.
Y llegó el huracán de ISIS.
Ustedes comprenderán que no puede haber una persona civilizada, al extremo de valorar la vida como es razonable, la suya y la del prójimo, que pueda justificar las matanzas de inocentes por motivo alguno, y eso incluye el religioso. Por eso, cuando las protestas culminan en asesinatos de hombres, mujeres y niños no se amerita el atenderlas y mucho menos tolerarlas. Las naciones poderosas, cumplen con un mandato humanitario al enfrentarse, a una fuerza, cualquiera que sea, que insista en matar como gran propósito de triunfo.
La megalomanía se cura. Alguien, o algo tiene que ‘curar’ al pueblo norteamericano o a su liderato de pensar que la medida fundamental de su grandeza debe ser su riqueza material o su poderío militar. Winning is NOT everything! Montarse de vez en cuando en el carrito de perder, es como mejor entendemos el sufrimiento de los débiles y su derecho de gozar de iguales oportunidades para desarrollar una vida plena de oportunidades y bonanzas. El capitalismo glorifica la competencia en la que gana el más fuerte estimulando el luchar unos contra otros obviando el importantísimo detalle de la generosidad que se manifiesta en ayudarnos para que no haya ganadores y perdedores y así: TODOS GANAMOS.
Se trata de un pensamiento que Francisco I ha elevado a categoría de doctrina papal.
ISIS es pura venganza llevada a los extremos de la irracionalidad que propone y condona una conducta criminal y deshumanizante. Es un monstruo dispuesto a sacarle el ‘otro ojo’ a civilizaciones occidentales que por siglos abusaron de pueblos políticamente desorganizados y naufragando en el analfabetismo y la ignorancia. Siendo los Estados Unidos el líder de ese mundo amenazado por el terror, importa primeramente que pueda unir todas las fuerzas imaginables para acabar con este mini holocausto. Aunque no pierdan de vista y en el olvido las condiciones de vida que propiciaron la creación de este Frankenstein.
PORQUE EL TERRORISMO NO SE DERROTA SOLAMENTE ANIQUILANDO A QUIENES LO EJECUTAN SINO ELIMINANDO LAS CIRCUNSTANCIAS QUE LE PUEDAN DAR UNA RAZÓN DE SER.