¿Seráposible que la mayoría de los iraquíes añore la dictadura de Saddam Hussein? Yno dudaría que Obama también. ¿Cómo es eso?

Decir quela presidencia de Bush 43 fue un desastre es llover sobre mojado. Decir que fuere electo para totalizar ocho largos años al mando de la nación más poderosadel planeta es un homenaje a la locura. De todos los errores cometidos por estetejano hay uno que tiene a los Estados Unidos en una encrucijada dealternativas malas y peores. Me refiero a su decisión de invadir a Irak y depaso liquidar a Saddam Hussein,  aliado del Tío Sam  en contra deIrán y sus ayatolas y uno de los dictadores más occidentalistas de esa calderareligiosa que es el Oriente Medio.

Decir queBush 43 lo hizo porque una vez Saddam amenazó con matar a su padre es añadirleel toque de comicidad que siempre adornó la personalidad de este disparatehistórico que fue George B y que, por insultarlo, a Carlos Romero Barceló leabollaron un ojo.

¡Cuánto nodaría Barack Obama por tener a Saddam Hussein vivo, presidiendo a la nacióniraquí y aliado de la USA como en los ‘buenos’ tiempos! 

 Poreso, no sería nada de extraño que una mayoría de los iraquíes añore los añosaquellos en que Saddam  mantenía cerrada esa caja de Pandora que abrió lainvasión estadunidense y los más de diez años que sus tropas han ocupado elterritorio iraquí formando y deshaciendo gobiernos en ese país en nombre de lalibertad y la democracia a un costo de cientos de miles de muertos y trillonesde dólares en la destrucción de infraestructura y otros haberes. 

Lo que vinodespués de ‘Bushito’ en Washington parecía un salto a la inteligencia y un’nuevo orden’ en la política exterior y doméstica de los Estados Unidos pero haresultado ser un espejismo. Obama ha hecho de la retórica y el titubeo unaconstante que ha decepcionado aún a buena parte de los afro americanos queaplaudieron y lloraron de alegría el día de su histórica elección a la presidenciade una nación en la que por años prevalecieron leyes que oficializaban eldiscrimen racial.

 Obamaes prueba viviente de que la inteligencia, la sabiduría y la capacidad parademostrarlas no basta para liderar a un imperio como el de los Estados Unidos.Si la excusa es que el complejo militar industrial estadunidense no le permiteejercer sus buenos oficios para bien de su país y de la humanidad, entonces losEstados Unidos son ingobernables. No deja de asombrar como contrastan losproblemas asfixiantes de Obama, tanto en el exterior como en su ‘homeland’, conlos récords exitosos del Dow Jones en Wall Street.

Y los ricossonríen.

Aún cuandoObama creyó apuntarse un ‘touchdown’ asesinando a Osama Bin Laden, con lapretensión de debilitar a Al Quaeda, ahora le ha salido el monstruo del ISIS ante quien los discípulos de Bin Laden parecen niños escuchas.Barack sacó pecho en Ucrania y Putin le volvió a comer los dulces que le comióen Siria cuando le dijo lo que tenía que hacer. Sobre lo que hace o no hace conPuerto Rico debe avergonzar a todos los puertorriqueños la poca atención quenos brinda destacándose , claro, su indiferencia en cuanto a la liberación deOscar López Rivera.

¡Cuántospuertorriqueños no se han arrepentido de haber votado por su re elección en el2012!  Ningún presidente de los Estados Unidos  nos ha tratado peorque el ‘demócrata’  Barack Obama. Y cuidado con la doña que viene por ahíde apellido Clinton.

Volviendopor un momento a la patria de Saddam Hussein, ese país es un campo de batallade extremo a extremo. Hecho escombros por los bombardeos y agobiado ahora masque nunca por las guerras religiosas, guerras fraticidas, tiemblan sushabitantes ante la amenaza criminal de ISIS, quizás el más cruel de losejércitos religiosos empeñado en una cruzada de muerte. Tanto han aterrorizadoal Pentágono que ahora se anuncia la posibilidad de que la maquinaria bélicaestadunidense le haga frente a ISIS de manera contundente, no solo para pararsu avance hacia Bagdad sino para atacarlos en su madriguera, no importa dondesea para de, una vez y por todas, ACABAR con ellos. 

Y seinsinúa la posibilidad de que se haga aunque estén ubicados en la misma Siria.Se habla , pues, no solo de golpes aéreos sino de tropas americanas en tierra. “Irak all over again!” ¡Más guerra!

Como sitodo este tsunami de problemas no fuera suficiente para paralizar el sistemanervioso de Obama, ahora, en la pequeña ciudad de Ferguson , Missouri se agitauna revolución con matices raciales luego de que uno de los 50 policías de laraza blanca de ese condado mató a un teenager negro, desarmado, disparándoleseis veces con su arma de reglamento. En este pueblito donde solamente un 33por ciento de los habitantes son blancos vis a vis el doble de negros, el 90por ciento de la fuerza policiaca se compone, precisamente, de blancos.¿Incongruencia o puro racismo?

La maneraen que hasta ahora las autoridades municipales han atendido el caso (no hanarrestado ni suspendido al policía que disparó) ha provocado protestas de losafro americanos, no solamente en Ferguson sino en toda la nación ‘americana’.Las opiniones de que se trata de un crimen racista son mayoritarias con todo loque eso significa en un país multiracial.  De todo esto, podría inferirseque el racismo sigue siendo un sentimiento latente en las conciencias de los’americanos’ especialmente los del sur y sudoeste por lo que la elección de unnegro a la presidencia de los Estados Unidos puede haber provocado un’backlash’ o reacción anti afro americana que se viene reflejando en muchossectores de esa sociedad desde Nueva York a California y concentrándose en lascomunidades del ‘viejo sur’. 

 Loúltimo en el caso de Michael Brown en Ferguson es la reacción de los blancos enSan Luis apoyando la acción del policía Darren Wilson disparando seis vecessobre Brown. “Cumplió con su deber”.

 Laproliferación de estos abusos raciales puede llevarnos a concluir que esasociedad norteamericana no estaba lista y preparada para elegir a un presidentenegro.

Y a Obama le quedan más de dos  años deuna presidencia que ya debe parecerle interminable.