Cox en fuego cruzado
Me senté aescuchar la comparecencia de Rafael Cox Alomar en el programa Fuego Cruzadosabiendo que en algún momento habrían de discutir el asunto de la ciudadanía’americana’ del puertorriqueño y como limita las posiblidades de un ELA consoberanía ya que ese pacto de libre asociación se haría entre dosnaciones: Estados Unidos y Puerto Rico y por eso tendría que hacerse pornacionales puertorriqueños con ciudadanía propia y los ‘americanos’ con lasuya.
O sea, unpacto de libre asociación firmado por ciudadanos de una misma nación(‘americanos’) quedaría viciado ab initio.
Y eseargumento nada tiene de demagógico si es que las alusiones críticas deDuprey pudieran haberse referido al detalle de quienes defendemos el derechonatural del puertorriqueño de ser ciudadano de su nacionalidad como base decualquier ejercicio y vigencia de nuestra soberanía vis a vis la de EstadosUnidos.
Comoardiente soberanista esperaba que Duprey le preguntara a Cox su parecer sobrela tajante expresión de Melo Muñoz: “no puede haber libre asociación(soberanía) con ‘ciudadanía ámericana” .Ni Duprey ni Galliza le hicieronesa pregunta tan y tan relevante a la discusión de este tema tan importante. Encambio entraron en analogías con el caso de Curacao y Holanda y Jamaica conGran Bretaña, obviando discutir el caso de Puerto Rico ( el que nosocupa) y que es sui generis.
Y lo esporque Puerto Rico es más nación que Curaçao, una isla de unos 450 km.cuiadrados de superficie con unos 115 mil habitantes. Basta ya de estar comparándonoscon sociedades minúsculas como ésta y las islas del Pacífico. Y en cuanto aJamaica, el ciudadano jamaiquino y el inglés hablan el mismo idioma facilitandoasi cualquier vínculo político con la metropoli británica mientras que el 95%de los nacionales puertorriqueños se entiende en español , importantediferencia cultural entre imperio y colonia.
En fin, se desaprovechó la oportunidad de conocer el pensamiento de Cox sobre undetalle tan fundamental expresado por la hija de Muñoz Marín y que se discute yse discutirá en cualquier asamblea sobre nuestro status político.
Otroargumento confuso ( y asi quedó aún después de la entrevista con Cox) esel de asumir que toda la negociación del nuevo pacto tendría que conformarse alderecho constitucional de los Estados Unidos. Además se demostró la negligencia de tratar con respeto la nacionalidad puertorriqueña, areivindicarse jurídicamente con la ciudadanía que le correspondería alboricua por derecho natural. En un debate de alta calidad intelectual y morales demagógico aludir al temor que sentirían los puertorriqueños de quesus hijos y nietos pudieran perder el tesoro de la ciudadanía ‘americana’ comosi la nuestra: la puertorriqueña fuera inferior o no valiera nada.
En laselecciones de 1996 en Puerto Rico, el patriota Juan Mari Bras votó sin serciudadano ‘americano’ y su voto fue impugnado por Doña Miriam Ramírez. Ese votofue validado por el Juez Hermida en el tribunal y asi se consignósu derecho como ciudadano puertorriqueño. ¿Cómo calificaría Cox ese hecho en la historia política de P.R.? Y ¿cómo explicar el que Mari Braspudiera regresar a vivir y a ejercer su profesión de abogado en su patria NOSIENDO CIUDADANO ‘AMERICANO’.?
Veamos esteejemplo. Un ciudadano del estado de North Carolina, de hacer lo que hizoMari Bras NO HUBIERA PODIDO regresar a vivir en su lugar de origen porqueNorthe Carolina es PARTE de los Estados Unidos y cuando renuncia a su UScitizenship, pierde ese derecho. Mari Bras, al renunciar la ciudadanía’americana’ en Venezuela reclama su ciudadanía puertorriqueña y puederegresar a su patria porque Puerto Rico NO ES PARTE de los Estados Unidossino que le pertenece por el derecho de la fuerza. ¿Qué hubiese opinado Coxsobre ese diferencial?
Hubiese aprovechadola entrevista con Cox para preguntarle ¿cómo se desarrollaría un debate sobreel status de Puerto Rico en una Asamblea Constitucional ad hoc siendo todos lospresentes ciudadanos ‘americanos’? Volvemos a lo mismo: nada podría pactarse entérminos de asociación libre entre dos naciones siendo los pactantes ciudadanosde una misma nación. Es tan lógico como el sentido común.
Ahora vamosal asunto del libre tránsito de boricuas entre Puerto Rico y Estados Unidos.Eso se resolvió en un caso del 1903 ganado por la Sra. González y el tribunalla calificó como un ‘american national’ y bajo la protección del gobierno delos E.U. Ciudadanos puertorriqueños pactando con ciudadanos ‘americanos’ en elfuturo pueden acordar ese libre tránsito entre países sin problemas.
Tanto Coxcomo Duprey tendieron a minimizar la importancia de la ciudadaníapuertorriqueña y un pasaporte boricua considerándolo como algofundamentalmente sentimental. Es mucho más que eso.
Aunque losafectos son importantes, al romper el vínculo de la ciudadanía ‘americana’ quenos impide ser hombres y mujeres libres , nos quitamos de encima el carimbo dela inferioridad; del coloniaje Para el puertorriqueño el vínculo de laciudadanía ‘americana’ no tiene absolutamente nada de afectivo pero se le haindoctrinado al extremo de que la consideran imprescindible y en tantos casos,más importante que su nacionalidad.
Y cierroeste desahogo volviendo a la opinión de Melo Muñoz de que no puede haber un ELAsoberano con ciudadanía ámericana’. Lo que no puede haber es un ELA soberanosin una CIUDADANÍA PUERTORRIQUEÑA que valide nuestra NACIONALIDAD. ¿No teparece Cox?
Bonitamenteridículo se vería un ELA soberano en el que los puertorriqueños fuerantodos ciudadanos de los Estados Unidos porque, de ser asi, entoncessiempre tendrían ellos el recurso de apelar a la constitución de los EstadosUnidos ,a lo cual deben lealtad ciudadana, para remedios jurídicos y políticos.Entonces ¿que vigencia efectiva tendrían nuestras leyes si las mismas puedenser impugnadas en un tribunal federal.y al amparo del US constitution?
¿De quésoberanía hablamos?