Humanos vs. Robots
Trabajar hoy día en una organización en la que múltiples generaciones convergen representa un reto de proporciones épicas.
En nuestra edición de hoy de la revista Negocios reportamos precisamente, sobre los retos que conlleva la coexistencia de cuatro generaciones en un mismo lugar de trabajo, incluyendo los Veteranos, los Baby Boomers, la Generación X y la Generación Y.
La formación de cada una de estas generaciones, ciertamente, tiene una fuerte influencia sobre sus respectivos estilos de trabajo e incluso define lo que los motiva. El reto, entonces, recae sobre los líderes que manejan la organización, quienes tienen que lidiar con estas diferencias y armonizarlas, de modo que logren una operación eficiente.
Ciertamente, hay quienes adoptan una visión de que “el trabajo es trabajo y al que no le guste, por ahí está la puerta”. Pero dentro de la compleja tarea que representa trabajar con humanos, cualquier gerencial con sentido común sabe que, para sacar lo mejor de cada empleado, es necesario convertirse en una especie de sicólogo. Requiere escuchar, analizar y entender a cada uno de sus trabajadores, detectar qué los motiva y dotarlos con apoderamiento para que ayuden a lograr las metas.
Algunos objetan este tipo de filosofía pues entienden que, si se le está pagando al empleado, éste debe hacer lo que se le pide y punto. El tema, sin embargo, es que trabajamos con seres humanos y no con robots. Si bien lidiar con diversas generaciones, estilos y manías puede drenar hasta al ser más paciente, meterse dentro de la cabeza de cada empleado e identificar cómo sacar lo mejor de ellos incrementa los niveles de lealtad.
En esencia, es una forma de fortalecer ese contrato psicológico que tiene el empleado y que, al final del día, es lo que ayuda a retener el mejor personal.